Llegué al aeropuerto de Guayaquil un jueves a medianoche en un vuelo procedente de Miami. Entregué mi pasaporte azul de los Estados Unidos al agente uniformado de migraciones. Su primera pregunta me sorprendió:
–¿Cuándo fue la última vez que vino al Ecuador?
–No lo recuerdo con exactitud –dije–. Pero creo que fue hace veinte años.
En efecto, veinte años atrás había presentado un monólogo teatral en clave de humor en un hotel de Guayaquil.
–¿Entró con pasaporte de Estados Unidos o del Perú? –preguntó el oficial.
–No lo recuerdo –dije.
–En el sistema figura que entró con pasaporte del Perú –me dijo.
Por Jaime Bayly
Escritor, periodista y conductor de televisión peruano.