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En el camino

¿La @ es o no es?

John Galán Casanova
28 de septiembre de 2024 - 05:00 a. m.
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Pese a su rutilante aspecto cibernético, la célebre @ es más antigua de lo que aparenta. La Biblioteca Apostólica Vaticana conserva una crónica griega de 1345 donde la @ reemplaza a la a en la palabra @mén. De 1448 data un registro aduanero entre Aragón y Castilla que la emplea para consignar una arroba de trigo. En una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla el 4 de mayo de 1536 designa 1/13 de barril.

A fines del siglo XIX, cuando aparecieron las primeras máquinas de escribir, logró colarse en el teclado encima de algún dígito, en un discreto segundo plano, para indicar el precio unitario de un producto. Diez camisetas @ 5 dólares denotaba que cada una costaba 5 dólares. Así mantuvo un bajo perfil por décadas, hasta 1971, cuando su suerte dio un vuelco fenomenal.

En septiembre de ese año, el programador informático Ray Tomlinson, quien trabajaba en el desarrollo de un sistema de intercomunicación para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, estaba a punto de enviar el primer mensaje de correo electrónico de un computador a otro, pero necesitaba un vínculo que conectara su nombre de usuario (tomlinson) con el del servidor que estaba usando (bbn-tenexa). Tenía que ser un signo poco empleado, que no hiciera parte de los nombres de personas o empresas. Entonces advirtió que allí, muda, anónima y subutilizada, en un rincón del teclado estaba la @, presta a convertirse en la suprema diva de la revolución digital.

Lo que vino a continuación es bien sabido. Como parte de todas las direcciones electrónicas, la @ pasó a figurar en cada e-mail enviado en el planeta. Mientras alguien lee esta frase, se calcula que está siendo digitada trescientos millones de veces. Su peculiar silueta ha inspirado las más variadas denominaciones. En alemán, rumano y holandés la llaman “cola de mono”; en francés, italiano y hebreo, “caracol”; en serbio y bosnio se le dice “a loca”, mientras que en danés es una “a con trompa”; en húngaro es “gusano”, en griego, “patito”, “rosa”, en turco, y, en mandarín, “ratón”.

Una vez en el foco de todas las pantallas del mundo, le llegó la hora de la resignificación como punta de lanza del lenguaje incluyente. Puesto que gráficamente da la impresión de ser una a rodeada por una o, fue reinventada por usuari@s progresistas como una letra dual, igualitaria, capaz de superar la hegemonía del masculino genérico.

Con esa intención, hace un cuarto de siglo me animé a usarla en un poema titulado “Érase una vez un pollo”. Allí se cuenta la historia de un pollo nacido en una granja industrial, que un día, “harto de permanecer en su huevo,/ arremetió contra la cáscara a picotazos/ y, estirando el pescuezo, vio y comprendió”. Primero vio la lámpara de la incubadora, “y comprendió que era el sol/ que lo proveía de luz y calor”. Luego vio a los demás pollos, “y comprendió que vivían apiñados/ cual botellas en un refrigerador”. Después, al ver las hembras a un lado, y los machos a otro, comprendió ―y yo vi la necesidad de utilizar la @― que unos y otras “pasarían sus vidas/ fascinad@s por el sexo/ sin llegar nunca a entenderlo”.

En 2010, en el primer poema de una serie llamada “Todo bajo control”, reincidí al momento de mencionar que American Korp, una compañía de seguridad con sede en Washington, había adquirido una base de datos “con las identidades/ de tod@s l@s ciudadan@s/ de Colombia”.

Hoy en día, ante la irrupción del nomadismo identitario y las diversidades sexuales, la otrora libertaria @ se ha quedado corta. Los movimientos LGTBIQ+ han planteado que esta opción excluye a las personas trans, quienes no se sienten parte de los géneros femenino o masculino, y, por lo tanto, proponen emplear la letra x como un elemento inclusivo capaz de abarcar todas las identidades sexuales posibles. El escritor Giuseppe Caputo recurre a esa alternativa en su artículo “Abrir la lengua|Abrir la vida”, donde responde una crítica de Daniel Samper Pizano sobre el uso del lenguaje incluyente: “esa equis que rechaza Daniel es, entre muchas cosas, el reconocimiento de todas las personas que buscan abrir el lenguaje para que así mismo se abra la vida”.

La Real Academia Española es tajante al afirmar que “la arroba no es un signo lingüístico”. En su concepto, la @ dual y la x o la e transgénero son expresiones forzadas, antinaturales y artificiosas que contravienen las normas de la gramática. Esta posición no sorprende de parte de una institución que en más de tres siglos de existencia nunca ha sido dirigida por una mujer, y que, hasta 2001, en su diccionario se permitió definir la locución sexo débil como “Conjunto de las mujeres”.

Lo curioso es que, subliminal o inconscientemente, al referirse en reiteradas oportunidades a la susodicha @ precedida del artículo femenino, la RAE parece contradecirse, puesto que si no es una letra, sino un símbolo de carácter no alfabetizable, la @ debería nombrarse como el (símbolo) arroba, y no como la (¿letra?) arroba.

Apreciad♥s lectorxs: vivimos en una era hiperdigital en la cual la @, el # y los emoticones han llegado para quedarse. Eso de pretender proscribir el uso de la @, la x o la e como marcas de género inclusivo es querer tapar el sol con un dedo.

A mediados de la tercera década del siglo XXI, respiramos tecnología, consumimos datos, somos criaturas cibernéticas pegadas a pantallas, teclados y dispositivos, día y noche a merced de la red. Leemos, escribimos, navegamos, interactuamos y nos comunicamos todo el tiempo mediante un alfabeto digital de letras, números, signos de puntuación y símbolos. Va siendo hora de asumirlo.

John Galán Casanova

Por John Galán Casanova

Poeta y ensayista bogotano. Premio nacional de poesía joven Colcultura, 1993. Premio internacional de poesía "Villa de Cox", 2009.
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Julio(83619)29 de septiembre de 2024 - 12:48 a. m.
Primo, me atrevo en nombre de tod@s tus lectorxs, a decir: se fajastes. Esta columna no es de quinta. Está de primera.
  • John(88407)30 de septiembre de 2024 - 04:16 p. m.
    Gracias por el comentario, primo. Trato siempre de hacerlo lo mejor posible.
Concha(99107)28 de septiembre de 2024 - 09:09 p. m.
Felicitaciones por tan excelente columna, relajante, fresca, actual, buen escrito!
luis(18551)28 de septiembre de 2024 - 02:58 p. m.
Son "forzadas, antinaturales y artificiosas". Horribles en literatura.
D.(cvtsc)28 de septiembre de 2024 - 02:43 p. m.
John, hágale al cursito de Crehana: 1. "Estimado público lector"; 2. "Apreciada comunidad lectora"; 3. "Querida audiencia lectora"; 4. "Estimado grupo de lectura"; o 5. "Apreciado conjunto de personas lectoras". La @ es solo un atajo que no utiliza lenguaje inclusivo.
DANIEL(93244)28 de septiembre de 2024 - 01:11 p. m.
Qué deliciosa columna!! Realista, agradable e incluyente. Bravo!!
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