Publicidad

En el camino

Toda una vida de música

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
John Galán Casanova
20 de enero de 2024 - 02:00 a. m.
"Teresita Gómez. Música, toda una vida", la biografía donde Beatriz Helena Robledo lleva a cabo un minucioso recuento de los primeros ochenta años de la visionaria pianista paisa.
"Teresita Gómez. Música, toda una vida", la biografía donde Beatriz Helena Robledo lleva a cabo un minucioso recuento de los primeros ochenta años de la visionaria pianista paisa.
Foto: Cortesía
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Por haberse criado rodeada de músicos, pintores, actores y bailarinas en el Palacio de Bellas de Artes de Medellín, se ha dicho que la vida de Teresita Gómez parece un cuento de hadas. Una versión de “La bella y la bestia”, donde la bella es la niña que hace de la música el norte de su vida, y la bestia, el cetáceo de media tonelada, ochenta y ocho teclas y una cola de dos metros que la niña convierte en un barco para navegar por el mundo y en un sarcófago para llamar sus fantasmas.

Escuché por primera vez las interpretaciones al piano de Teresita en Envigado, a mediados de los noventa, tras visitar a la bailarina Lindaria Espinosa, quien aquel día me confió un casete titulado Teresa Gómez a Colombia. Atardecía cuando nos despedimos y me dispuse a bajar la Loma del Chocho. Desprevenido, sin presentir el milagro, puse a rodar el lado B en el walkman y en el acto los primeros compases de la danza “Malvaloca”, del maestro Luis A. Calvo, se adueñaron del paisaje y me obligaron a detenerme, estremecido por descubrir una música capaz de fundir con tal intensidad la gravedad y el regocijo.

Mi caso es el mismo de un público de varias generaciones que ha tenido oportunidad de acceder a la obra de ignorados compositores colombianos gracias a la divulgación que Tere ha hecho durante décadas. Ella, que creció entre el arrabal del barrio La Toma y el refine de Bellas Artes, fue la primera concertista de piano con la sensibilidad para reivindicar el valor de nuestros creadores y contrariar el prejuicio de no incluir piezas colombianas en el repertorio clásico. Así rescató una música auténtica, nacida de la entraña popular, que nos conmueve e identifica.

He vuelto a repasar los intermezzos de Calvo, los bambucos de Luis Antonio Escobar y Adolfo Mejía, los trozos de Uribe Holguín, los pasillos de Carlos Vieco, Fulgencio García y Morales Pino, los valses de Gonzalo Vidal y las acuarelas de Jorge Andrés Arbeláez para acompañar la lectura de Teresita Gómez. Música, toda una vida, la biografía donde Beatriz Helena Robledo lleva a cabo un minucioso recuento de los primeros ochenta años de la visionaria pianista paisa.

De las manos de su apasionada y fascinante protagonista, el libro registra la evolución de la música académica en el país. Contextualiza, por ejemplo, esa tensión que se dio entre la enseñanza de la música clásica europea y la música de compositores colombianos, que hizo que Uribe Holguín desterrara los bambucos y pasillos del Conservatorio Nacional a comienzos del siglo XX, obligando a que su contradictor Antonio María Valencia se desplazara a Cali, donde fundó el conservatorio que hoy lleva su nombre.

Tere asumió una posición irreductible ante esta disputa. El tenor Diver Higuita, su colega y amigo del alma, lo explica con claridad en la biografía: “Teresita fue la primera que tuvo un recital en la Luis Ángel Arango tocando colombianos, o sea, es la primera que se atreve a tocar colombianos en esa sala, que es como el tope de la música de cámara colombiana, ¿cierto?, y donde solo cabían Mozart, Schubert, Brahms, Skriabin, etc. Entonces Teresita lo que hizo fue dar un golpe en la mesa muy importante porque lo que hace es tocar esos compositores y demostrar que ella también sabe de Bach, y también conoce a Brahms, y también conoce a Beethoven y a Mozart, pero ama a sus compositores nacionales. Y empieza a grabar, grabaciones muy relevantes, de gran importancia en la cultura discográfica de nuestros compositores”.

Internarse en las 429 páginas de la vida y obra de Tere es recorrer el rutilante y pedregoso camino de una aprendiz, intérprete y maestra fuera de serie. Una artista que encontró en la música un vehículo para acercarse a los demás y a sí misma, y que se entregó al piano como una necesidad interior, consciente de que le brindaba la única oportunidad de ser libre. Por eso salía a batirse como un toro en cada presentación, y por eso, ya septuagenaria, le dijo a su amigo Cristóbal Peláez: “¡Carajo, yo soy un toro que merece ser indultado! ¡Me indultan o nada! A esta edad, a estas horas de la vida, no voy a claudicar”.

El reto de abarcar una existencia tan intensa como extensa era grande, pero Beatriz Helena Robledo supo armar el retrato en clave de piano de una figura que, en palabras de su biógrafa, “ha logrado armonizar opuestos tan radicales como negra-blanca, pobre-rica, adoptada-legítima, oculta-visible, y ha trascendido estas tensiones gracias a su camino espiritual y a la Unidad de la que está tan convencida y que ha aprendido e interiorizado en sus prácticas de yoga y zen”.

En buena hora, Beatriz Helena ha escrito un libro necesario sobre una abrecaminos y correcaminos excepcional, cuya maestra vida constituye un himno a la belleza, la prodigalidad y la resistencia.

FE DE ERRATAS

Por una travesura del destino, en la biografía se cita un borrador del poema “La casa de Prado 98″ como si hubiera sido escrito por Vladimir, el hijo de Tere, y no por mí, su amigo, que lo publiqué en Árbol talado.

CODA

El domingo 21 de enero, a las once y media en el teatro Santamaría, Teresita y su biógrafa conversarán con Paola Mejía durante el Hay Festival de Jericó.

John Galán Casanova

Por John Galán Casanova

Poeta y ensayista bogotano. Premio nacional de poesía joven Colcultura, 1993. Premio internacional de poesía "Villa de Cox", 2009.
Conoce más

 

Alberto(3788)20 de enero de 2024 - 08:51 p. m.
Gracias, John Galán Casanova, por la información. Más que merecida biografía. Antonio María Valencia merece mucha mayor divulgación, excepcional compositor.
Contrapunteo(18670)20 de enero de 2024 - 03:29 p. m.
Un homenaje muy bien escrito de Beatriz Helena Robledo a la talentosa Maestra Teresita Gómez, que toca cada día mejor. Su repertorio es extenso no solo en obras de Música colombiana, pues conoce e interpreta también y tan bien la de compositores para este instrumento; escucharla en una entrevista es sentir su posición ante la vida, su talento y su don de artista de altura. Su mejor trabajo Íntimo. Interesante su columna como la que escribió sobre la poetisa Maruja Viera. Buena poeta.
Atenas(06773)20 de enero de 2024 - 01:13 p. m.
Pese a q’ John, todo galán y casanova conmigo, tuvo a bien definirme en pasada columna con su amañada visión como tantas otras tiene, hoy de nuevo a él vuelvo con ídem comentario q’ le hice a S.Gamboa: q’ jugando en su salsa, propia pa idealizar escenarios, en ese campo no entro y presumo q’ lo hace con lujo a su manera y q’ mal no le caería afincarse en ello. Caso contrario es cuando da en salirse de la cancha q’ ahí no da pie con bola. Ni él ni Gamboa y otros más. Atenas.
  • Gines(86371)20 de enero de 2024 - 02:11 p. m.
    Pequeño astuto, atenitas. Esta columna está fuera de tu orbita cultural. ¡Evidente! No olvidamos que lo tuyo son las vaselinas y afines. Ese “premio” de consolación que te otorgó el periodista, tiene más de conmiseración piadosa que de otra cosa. ¡Sorry atenitas!
Gines(86371)20 de enero de 2024 - 03:32 a. m.
Teresita Gómez y Blanca Uribe son indiscutiblemente las dos mejores pianistas en la historia de nuestro país. Produce orgullo leer tu columna y constatar la valía de nuestros créditos. El clavecinista Rafael Puyana, el violinista Carlos Villa, también dejaron un listón muy alto en la historia de la música culta colombiana. ¿Qué decir de Martha Senn, Soraida Salazar, Valeriano Lanchas. Francisco Vergara? ¡Grandes vocalistas y muchos más que sería prolijo nombrar en tan corto espacio!
  • daniel(84992)20 de enero de 2024 - 09:53 p. m.
    Le agregaría a esta lista Gentil Montaña y el no muy conocido, pero colosal León Cardona.
  • Gines(86371)20 de enero de 2024 - 04:46 p. m.
    Contrapunteo (18670). De acuerdo amigo, no obstante, lo advertí, en un espacio tan corto, mucho gran artista se queda al margen de ser mencionado como el violoncelista que reseñas. Saludos.
  • Contrapunteo(18670)20 de enero de 2024 - 03:14 p. m.
    Dentro del grupo de músicos que ud. nombra falta incluir a la muy talentosa pianista Ruth Marulanda S. y al destacado y reconocido violonchelista de talla internacional Santiago Cañón-Valencia.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.