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Hechos, personajes y personajitos

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Jorge Iván Cuervo R.
23 de diciembre de 2022 - 05:30 a. m.
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El hecho político del año en Colombia fue la elección de Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vicepresidenta, respectivamente, constituyéndose así en el primer gobierno de izquierda elegido en el país en toda su historia republicana.

La persistencia del conflicto armado aplazó la opción de gobiernos de izquierda en Colombia —a diferencia de la mayoría de países de América Latina—, pues pesó en el imaginario político que por esa vía los grupos subversivos pudieran tomarse el poder. También contó la violencia política ejercida contra partidos de izquierda, como la Unión Patriótica, como efecto disuasivo de un mayor crecimiento de opciones de izquierda verdaderamente competitivas. Tal como sucedió en otros países —Brasil, por ejemplo, con el PT—, el punto de partida fue el de gobiernos regionales, como el caso del mismo Petro en Bogotá.

En el marco más plural de la Constitución de 1991, el proceso de paz con la guerrilla de las Farc y un estallido social que rebasó las posibilidades de contención y representación del régimen político, fue elegido este gobierno al cual todavía le resta tiempo y contenido para decir que también es de izquierda. Son tantas las concesiones de agenda que ha venido haciendo para preservar gobernabilidad, que es posible que termine siendo un gobierno de liberalismo socialdemócrata. Su mayor apuesta, la llamada paz total —una negociación con todos los grupos armados ilegales—, sería su gran legado para que Colombia consolide la normalidad institucional en todo el territorio. Quiero destacar el liderazgo de Roy Barreras en el Congreso, una especie de primer ministro en la sombra, quien le ha dado soporte y aire político a un presidente que se debate entre el pragmatismo, la grandilocuencia y la inexperiencia de buena parte de la bancada de gobierno.

Antipersonaje del año fue Rodolfo Hernández, un candidato vacío, si se quiere, un no candidato, producto del marketing del publicista Ángel Beccassino y el sentimiento antipetrista que asustaba —y asusta— a muchos sectores políticos, incluyendo al llamado centro, franja que se quedó sin espacio, discurso, candidato ni plataforma. Hernández incluso defraudó al electorado de la derecha que se le sumó en segunda vuelta ante la derrota de otro candidato desdibujado como Federico Gutiérrez, quien no alcanza ni para antipersonaje. Tampoco el presidente saliente, quien con su liviandad y frivolidad al frente del gobierno en un período crítico, pandemia incluida, facilitó el triunfo del único candidato real que llegó a segunda vuelta.

Personajito: el fiscal Francisco Barbosa, quien evidentemente sí pasará a la historia, pero por su deficiente e indelicada gestión al frente de una entidad como la Fiscalía, fundamental en materia de política criminal y conservación de la paz y la seguridad. Un legado de Duque y de la Corte Suprema de Justicia que tendremos que soportar un año más.

En el mundo el hecho sin duda fue la agresión militar de Rusia a Ucrania, lo cual alteró el ajedrez geopolítico internacional, con consecuencias que van más allá de la tragedia humanitaria que conlleva toda guerra. Los esfuerzos diplomáticos han sido insuficientes, pues los intereses expansionistas de Putin superan las pretensiones de seguridad europea de la OTAN y de los Estados Unidos. La inflación, uno de los hechos del año que golpea a todas las economías, tiene vasos comunicantes con este conflicto que parece irresoluble, al menos en el corto plazo.

La insistencia de Donald Trump en no reconocer el triunfo de Joe Biden, impedir una transición pacífica del poder y alentar una insurrección en el Capitolio lo constituye en antipersonaje del año, junto a Bukele en El Salvador y Ortega en Nicaragua, antipersonajes para la democracia y el Estado de derecho.

En América Latina, el regreso de gobiernos de izquierda en varios países constituye un suceso significativo, pero en el contexto de una crisis económica global que exigirá de ellos buenas políticas para enfrentar el malestar social, con el riesgo del retorno de gobiernos de derecha con discursos extremistas y antidemocráticos.

El fútbol femenino, un Mundial atípico que dejó un campeón merecido, el retiro de los escenarios de Totó la Momposina, el auge de la literatura en Colombia, el Informe Final de la Comisión de la Verdad, la obra de Beatriz González y el Nobel de Literatura para la francesa Annie Ernaux fueron otros hechos importantes que nos deja este año pospandemia.

¡Feliz Navidad!

@cuervoji

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