Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El presidente Gustavo Petro publicó en su cuenta de X un pequeño manifiesto sobre qué es ser de izquierda, que más parece una declaración de fe sobre la vida en clave teológica que propiamente una definición de una agenda política.
Esto me llevó a preguntarme qué significa hoy en Colombia ser de izquierda, pero también qué significa ser de derecha y de centro, una pregunta que trasladé a mi cuenta de X y de las respuestas y mis propias reflexiones puedo dar algunas ideas sobre esas categorías.
Lo primero para tener en cuenta es que derecha e izquierda son conceptos que han evolucionado mucho desde su primera identificación en tiempos de la Revolución francesa, y la ubicación de los asambleístas en el recinto donde se debatía cuánto poder debía tener el rey Luis XVI. A la derecha se ubicaron quienes se oponían a la Revolución y los partidarios de que el Rey conservara su poder. Conservar un orden con todos los privilegios del antiguo régimen, empezó a considerarse como estar a la derecha, y en la historia de las ideas como ser de derecha. Por el contrario, quienes se hicieron a la izquierda del recinto donde se deliberaba, estaban a favor de la Revolución, limitar el poder del Rey y acabar con el régimen de privilegios del que estaba por fuera el pueblo, lo que llamó Emmanuel-Joseph Sieyès el “Tercer Estado”: la inmensa mayoría de franceses. La votación la ganaron quienes estaban sentados a la izquierda, con 673 votos contra los 325 que emitieron los de la derecha, y eso marcó el rumbo de la revolución.
Cuando aparece el marxismo y la Revolución rusa, el debate izquierda–derecha adopta una nueva dimensión, el cual ha seguido evolucionando en la medida en que aparecen nuevos temas, nuevas perspectivas y variantes del concepto en todo el mundo. Por supuesto que en una columna no se agota este debate que hace parte de una larga conversación en el mundo de las ideas políticas, y que no es lo mismo dicho debate en Europa, en Estados Unidos o en América latina o Colombia.
Una apretada síntesis de las respuestas recibidas en X, y de mi propia cosecha, podría ser esta:
Ser de izquierda es estar en favor de cambios sociales y mejorar constantemente la calidad de vida de todos los ciudadanos, especialmente de los grupos más vulnerables, mediante una intervención fuerte del Estado como un agente corrector de las desigualdades mediante políticas distributivas. También implica ver a las élites con desconfianza y al mercado como un reproductor de desigualdades. La democracia es la forma de materializar la acción colectiva con poderes que deben estar el servicio de las mayorías. Lograr la justicia social debe ser el fin de los gobiernos, y toda necesidad equivale a un derecho que debe garantizarse. Igualdad de oportunidades
Ser de derecha implica defender un Estado pequeño y una defensa fuerte del mercado y de la autonomía personal como motor de la vida en sociedad. Conservación de valores tradicionales, de un orden social jerárquico. La desigualdad es natural y nadie puede cambiarla, menos el poder político que siempre termina favoreciendo una casta. El esfuerzo personal es suficiente para lograr sociedades prósperas, y el individuo debe hacerse cargo de su destino y no descargar en otros la búsqueda de su propia felicidad.
Ser de centro, supone tener una actitud moderada, que busca el consenso, que no se reconoce en la visión fuerte de la derecha y de la izquierda, que no busca cambios sustanciales sino graduales de la sociedad, los cuales busca consolidar en reformas institucionales de largo aliento para que haya estabilidad. Es posible regular el mercado y busca un equilibrio entre mercado y justicia social. Reacios al populismo, la demagogia. La deliberación democrática debe dejar paso a la eficiencia tecnocrática, en momentos de crisis prefieren un Estado fuerte y acercarse a la derecha para preservar el orden político. El conflicto social es un problema que se puede resolver con buenas políticas públicas.
Haga su propio test, encuentre con cuál posición identifica más, y recuerde que, aunque se diga que este debate es tardío y simplifica la complejidad de las sociedades, sigue teniendo vigencia para saber dónde está parado uno.
