De manera prematura se dio la primera crisis ministerial del gobierno de Gustavo Petro, jalonada por la discrepancia del exministro de Educación sobre la reforma a la salud, y por la pérdida de confianza que ello significó en el entorno más cercano del presidente, como se lo hizo saber a Alejandro Gaviria la secretaria privada, Laura Sarabia.
A ello se sumó la salida de las ministras de Cultura y Deporte, aparentemente por discrepancias relacionadas con la gestión en los ministerios, pero que dejó el sabor de que su designación fue más en el plano simbólico que en el del compromiso institucional.