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Doble contabilidad

Jorge Iván Cuervo R.

03 de diciembre de 2015 - 09:00 p. m.

A raíz de las elecciones para la Asamblea Nacional en Venezuela el próximo domingo 6 de diciembre, en las cuales el PSUV - partido político del chavismo - puede perder las mayorías en esa corporación y empezar así el fin de su declive como movimiento político, ha llamado la atención la actitud de Piedad Córdoba de apoyar la causa chavista, incluso haciendo campaña directamente por los candidatos del oficialismo, conducta que para un extranjero seguramente no sería permitida en Venezuela si fuera en sentido contrario.

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Esta actitud ha generado respaldo por parte de quienes dicen que ella está en su derecho de apoyar la causa política que considere, lo cual, es perfectamente cierto, y rechazo de parte de quienes la señalan de hacerse la desentendida respecto de los abusos de poder en que han incurrido Nicolás Maduro y Diosdado Cabello en contra de la oposición y los medios de comunicación en el vecino país.

La actitud de Piedad Córdoba, a mi juicio, refleja lo que Francisco Gutiérrez Sanín llama la doble contabilidad de un sector de la izquierda en Colombia respecto de denunciar las violaciones de los derechos humanos cuando se trata de gobiernos de derecha pero no hacer lo propio con los gobiernos de izquierda.

Pocos líderes de izquierda en Colombia se han pronunciado contra la detención arbitraria de Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos; o en contra de los actos intimidatorios contra Lilian Tintori, esposa de López, quien ha puesto en evidencia ante la comunidad internacional el clima de violencia en el que se ha desarrollado esta campaña. Tampoco se han escuchado voces desde la izquierda sobre la falta de imparcialidad de Tibisay Lucena al frente del Consejo Nacional Electoral y la posibilidad cierta de un fraude, o la nula independencia de la justicia respecto del gobierno de Maduro.

Piedad Córdoba ha dicho que Colombia no tiene autoridad moral para criticar a Venezuela, porque aquí el régimen político sería igual o más corrupto, las autoridades electorales igual de parcializadas, la justicia igual de entregada y los medios igual de proclives al gobierno. Y además en Venezuela hay más justicia social con la distribución de la renta petrolera que antes se repartían los partidos políticos AD, COPEI y URD entre ellos y sus amigos, y ahora lo hace el chavismo pensando solamente en los pobres.

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Justamente de eso se trata la doble contabilidad, negar o minimizar los abusos en un régimen que se dice de izquierda con los que cometerían los regímenes de derecha. Esa no es la actitud de quien dice defender los derechos humanos, como es reconocida Piedad Córdoba, y es por ello que su causa política no me parece creíble ni admirable.

Reconozco en ella su militancia por la paz y por las salidas humanitarias. Muchos secuestrados han regresado con vida gracias a su gestión. Su condición de mujer afro, la ennoblece y su liderazgo de izquierda es necesario para un país de matriz política de derecha. Pero no es suficiente, se precisa de ella y de la izquierda en general, que no siga llevando esa doble contabilidad de los abusos de los regímenes, según ideología, negando o justificando los de los gobiernos amigos y denunciando solamente los del otro lado del espectro ideológico.

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Pero igual pasa con ciertos políticos de la derecha colombiana. Muchos denuncian con vehemencia - y con razón- los crímenes de las Farc y se oponen al proceso de paz, pero no hicieron lo propio respecto de los crímenes de los paramilitares y muestran como ejemplo el proceso de negociación con esta organización sediciosa.

Ambos ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

@cuervoji

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