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Peñalosa el equilibrista

Jorge Iván Cuervo R.

20 de marzo de 2014 - 11:00 p. m.

Los votos obtenidos por Enrique Peñalosa en la consulta del partido Verde no son todos por él, pero pueden ser suyos y sumar otros si se propone hacer una buena campaña.

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Lo primero que tiene que hacer es consolidarse como una alternativa creíble a la disputa entre el santismo y el uribismo, o lo que algunos perciben como una fisura en el establecimiento que abre posibilidades para una eventual tercería.

Para lograr esto, tiene que definirse como una opción de centro capaz de recoger los votos moderados de la derecha –aquellos que no están con el uribismo y no quieren la reelección de Santos-, y los votos moderados de la izquierda, de aquellos que consideran razonable un gobierno de transición antes de uno propiamente de izquierda.

En ese orden de ideas, está bien que haya enviado un mensaje de apoyo al proceso de paz y de ratificación del equipo negociador, pero debe empezar a diferenciarse construyendo una agenda programática clara y realizable que permita hacer creer a los ciudadanos que por fuera de los temas de la guerra y la paz también hay espacio político. Para ello, necesita recorrer más país y conformar un equipo que le permita tener un discurso con soluciones sobre los principales problemas que afectan a los colombianos.

Debe entender Peñalosa que la encuesta que lo puso de segundo en primera vuelta y ganando en segunda, no es más que un espejismo que repite lo de la ola verde, lo cual se ratifica con la encuesta de Gallup que se conoció esta semana donde se aterrizan sus expectativas, tanto en primera como en segunda, muy por debajo de lo señalado por Datexco, a punto del colapso.

Los votos en la consulta verde y el triunfo de Peñalosa tiene muchas lectura: confusión, voto uribista, desencanto, remanentes de la ola verde, pero lo cierto es que allí hay un capital político que hay que administrar, caminando como equilibrista por el centro del espectro político y, especialmente, sin dejarse seducir por los cantos de sirena uribistas, sobre lo cual tiene pocas credenciales, dados los devaneos anteriores que dieron al traste con su candidatura a la alcaldía de Bogotá. La imagen de Uribe sosteniendo el megáfono todavía está en el imaginario colectivo.

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Por otra parte,  el trabajo más duro está en seducir a los votantes de centro izquierda, no solamente porque no le creen ni lo quieren, sino porque la mayoría preferiría apoyar a Santos, a quien lo ven con mayores posibilidades de sacar adelante el proceso de paz, y de paso, enfrentar al sectarismo uribista. Navarro, senador elegido del partido Verde, debería estar liderando esta cruzada de atracción, pero lo veo desentendido dejando el candidato a su suerte, y no basta con Claudia López. Es un absurdo que Peñalosa haya ganado la consulta en franca lid con una votación extraordinaria, y donde encuentre mayores inconvenientes para erigirse como un candidato viable,  sea en su propio partido.

Santos parece imbatible, máxime si las maquinarias quedaron bien aceitadas en las elecciones para Congreso; las apuestas son por el segundo lugar en la primera vuelta. Peñalosa puede hacer viable su candidatura si logra recoger algo del descontento ciudadano en la política tradicional y hacer ver que en un escenario de posconflicto su imagen de gerente es lo que necesita el país. Voto de opinión en primera, alianzas y adhesiones en segunda.

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Eso sí, para tener alguna posibilidad tiene que dejar de postularse como el alcalde de Colombia.

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@cuervoji

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