Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Escribo estas letras antes de que la revista France Football declare al ganador del Balón de Oro 2021. Entre los nominados, naturalmente, están Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ganadores en seis y cinco ocasiones, respectivamente. El argentino y el portugués han dominado con justicia durante la última década. Este año, espero, será diferente.
Antes de 1995, cuando lo ganó el hoy presidente de Liberia, el trofeo se entregaba únicamente a jugadores europeos. De ahí que ni Pelé ni Maradona ganaron nunca el trofeo. Pelé se habría embolsado al menos cuatro. Apuntando bajo, había obtenido su balón de oro en 1958 y 1970, cuando Brasil se coronó campeón del mundo, y en 1962 y 1963, cuando fue campeón de la Libertadores e Intercontinental.
Maradona, por su parte, habría obtenido su trofeo en 1986. Quizás alguno más habría obtenido en 1987 o 1990, cuando logró ser campeón de Italia, y en 1990 además fue subcampeón del mundo. Otros cracks sudamericanos que se extrañan son Zico, en 1981, líder de aquel Flamengo de ensueño, y Romario en 1994.
En 2021 el título difícilmente recaerá sobre un sudamericano. Messi, cómo no, es uno de los favoritos debido al triunfo argentino en la Copa América. Pero, siendo una pieza importante, no fue un elemento vital en el triunfo argentino. En la final, además, no solo no marcó, sino que le pudieron los nervios fallando aquel gol que sentenciaba el partido.
Los otros dos grandes favoritos son Benzema y Lewandowski. El francés volvió a la selección francesa, ganó la Liga de Naciones y hasta gol anotó en la final; pero en la práctica es producto de la fuerza de mercadeo del Real Madrid. No ganó la liga, ni la Liga de Naciones es un trofeo de categoría similar a la Eurocopa o la Copa América.
La candidatura de Lewandowski se fundamenta más en la injusticia que con él se cometió en 2020, cuando era el máximo favorito para recibir el trofeo. El Bayern de Múnich no solo dominó el fútbol alemán, como es tradicional, sino que conquistó Europa humillando de paso a un decadente Barcelona. La pandemia, además de muchas vidas, se llevó por delante la gloria del polaco. En 2021, si bien sigue demostrando su poder goleador, y su equipo sigue dominando Alemania, la gloria europea se la llevó el Chelsea. Y allá juega un pequeño gigante que si el fútbol es justo le dará su primer Balón de Oro: Kanté.
El perfil de Kanté no es el ideal para mercadear el Balón de Oro. Un tipo chiquito, tranquilo y humilde; pero jugando al fútbol, demostró en 2021 que es quien más méritos ha hecho por el preciado trofeo. El día de la final de la Champions League dio una lección de cómo un futbolista, no delantero, puede empujar a un equipo a la victoria. Sería un bello triunfo de ese otro fútbol, menos mágico que el de Messi, menos contundente que el de Ronaldo, pero igual de efectivo.
