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Mundiales de fútbol: demasiados cambios

Jorge Tovar
20 de septiembre de 2021 - 03:01 a. m.

FIFA, a través de su presidente Gianni Infantino, está por la labor de cambiar la esencia del Mundial de Fútbol. Hace un tiempo logró aprobar que en el Mundial de 2026, a disputarse en Norteamérica, participen 48 selecciones. Ahora, a propuesta de Arabia Saudita, busca que el Mundial se dispute cada dos años. Mala idea.

El Mundial de Fútbol ha sido por casi cien años el pináculo del deporte mundial. Allí acuden los mejores exponentes del deporte rey en busca de la gloria. Gloria que llega porque el ganador debe derrotar a los más exigentes de los rivales. Con 48 naciones en liza, los grandes del mundo deben disputar un número no despreciable de partidos contra naciones menores. Es simple matemática. Si hay 211 naciones afiliadas a FIFA, simplemente no es cierto que casi uno de cada cuatro países tenga la calidad suficiente para disputar un mundial.

Aún cuando los mundiales eran con 16 equipos, hasta Argentina 1978, siempre hubo equipos menores cuya presencia estaba justificada en el esfuerzo por globalizar el fútbol. Así, se explica que Corea del Sur recibiera 16 goles en dos partidos de 1954; Zaire, 14 en 1974 o, si queremos exagerar, que Escocia, uno de los inventores del fútbol, nunca haya pasado de primera ronda en los ocho mundiales en los que participó.

En un mundo globalizado, 32 equipos, los que se disputaron el Mundial de Rusia en 2018, parecen el número adecuado. En aras de la integración, inclusión y diversidad, la participación de pequeñas naciones como Panamá se justifica. Aun así, en Rusia solo avanzó a segunda ronda un país que no fuera latinoamericano o europeo. Los grandes partidos en primera ronda, con contadas excepciones, brillaron por su ausencia.

El Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos ganaron su prestigio y mística, en buena parte, porque se glorifican por cuatrienios las acciones de los deportistas que allí participan. Los héroes están en la cumbre por cuatro años, tiempo suficiente para que sus acciones terminen mitificándose. Las palabras de Obdulio Varela al árbitro en la final de 1950 tras el gol de Brasil, la lluvia en la final de 1954, el fútbol brasileño de 1970 o las carreras de Maradona en 1986 se volvieron historia no solo del fútbol, sino de la sociedad, gracias a su especificidad.

Un mundial bianual tendrá tres efectos que terminarán por minimizar, si no derrumbar, el pedestal en el que está hoy día el fútbol. Primero, los partidos menores, con futbolistas carentes de calidad, esperables con 48 equipos, no se irán con facilidad del imaginario colectivo. Segundo, la negativa a tal escenario por parte de UEFA y Conmebol, las dos asociaciones regionales más importantes, abrirá las puertas a una guerra civil en la que solo perderán los amantes del balón. Tercero, la altísima frecuencia (incluyendo eliminatorias), va a borrar la mística diferencial que caracteriza a un Mundial de Fútbol.

Por el bien del deporte rey, espero que recapaciten.

 

Jorge(66737)20 de septiembre de 2021 - 04:23 p. m.
Por el bien del deporte sano y del mundo, el futbol profesional uno de los opios del pueblo, debería desaparecer y de paso Fifas y demás oficinas de la mafia con sus funcionarios, locutores y comentaristas quedarían barriendo los estadios y limpiando sus letrinas.
Rafael(12320)20 de septiembre de 2021 - 12:39 p. m.
"Un mundial bianual" , ésto dice la columna, pero no es dos veces al año lo que propone la Fifa. La Fifa propone cada dos años, es decir bienal.
Sebastián Velásquez(26455)20 de septiembre de 2021 - 11:07 a. m.
Qué venérea de mafia y de reunión global de mafiosos. Qué más da si es cada 2 o 4 años.
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