El problema de Millos

Millonarios no rinde. Su fútbol es desordenado, aburrido y carente de efectividad. Al escribir esta nota, Millonarios, con un equipo reforzado, ocupa la sexta posición.

El gran activo de Millonarios en los últimos años es el proceso que generaba ilusión porque, más allá de los pocos títulos logrados, el fútbol era competitivo. En el deporte, hay que entender, se gana y se pierde. Cuando se pierde jugando bien, o al ganar, como le sucedió a Millonarios en algún momento, la ilusión se mantiene y el proceso se justifica.

Pero cuando el proceso no avanza, sino que retrocede, la preocupación debe ser general. Y el Millonarios de Gamero va para atrás. La tabla adjunta es una muestra de ello. Se presenta el número de pases en campo contrario y propio, tanto acertados como fallados.

Tomamos los pases porque es la acción más natural del fútbol. Un futbolista profesional debe saber pasar y controlar un balón. Es sabido que es más fácil acertar un pase en campo propio que en campo contrario entre otras, por la menor presión del rival.

Mirar los números absolutos es complicado, porque no todos los semestres se juega el mismo número de partidos. La tabla permite calcular el número de pases acertados en campo contrario por partido jugado. Millonarios pasó de 218 pases acertados por partido en campo contrario en 2022 a 177 el semestre pasado y 163 este semestre. Es decir, el equipo tiene menos presencia en el área rival.

Es evidente que Millos pasó de jugar un fútbol de posesión a uno más directo. El cambio no parece haber surtido un efecto positivo, entre otras porque el número de pases fallados por cada uno que acierta es cada vez mayor. Pasó Millos de fallar apenas un pase por cada tres que acertaba en campo contrario a fallar casi la mitad de los pases. Eso impacta en el rendimiento. En 2022, Millonarios marcó 1,23 goles por partido, en 2023 fue 1,21 y en lo corrido de 2024 apenas es 1,18. Ese fútbol directo implica que el rival esté más cerca del arco. Ahí pasan dos cosas.

Millos pasa cada vez peor, y ello implica que el rival anota más goles. La tabla muestra que en 2022 se fallaban poco más de 0,11 pases en campo propio por cada pase acertado. En 2023 era 0,14, cifra similar a la de 2024. Adicionalmente, en 2022 le marcaban al azul 0,77 goles por partido, en 2023, 0,93 y en 2024 de a gol por partido.

Más allá de si Gamero se va o no, debe resolver los problemas que han afectado negativamente el rendimiento del equipo en el largo plazo. El proceso debe ajustarse porque hoy Millos marca menos goles, recibe más y pasa peor. Corresponde al entrenador estudiar, diagnosticar y corregir. El equipo no está diseñado para divagar en la mitad de la tabla.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador