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Nadie quiere vestir de azul

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Jorge Tovar
04 de noviembre de 2025 - 12:00 a. m.
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El fútbol es ilusión. Aunque la prioridad de los jóvenes actuales es triunfar en el Madrid, el Barça o alguna potencia de la Premier, aún quedan algunos que sienten orgullo de vestir los colores locales. Pocos, si alguno, quiere vestir la de Millonarios.

Falcao, dirán. Efectivamente regresó por su amor a Millonarios, pero lo hizo después de un lustro siendo un jugador menor y a una edad en la que sus opciones de marcar diferencias eran pocas. La realidad actual es que la gloria que representaba el azul se perdió en la historia de un gran club que olvidó que mantener la mística era importante para poder competir al más alto nivel.

Tuve el honor de jugar en las reservas de Millonarios como se denominaba el segundo equipo, justo detrás del profesional, por allá en 1991. El entrenador era Miguel Augusto “Nano” Prince. Ese año fuimos campeones, y varias lecciones de vida me quedan de Prince, unas para bien, otras no tanto, pero todas profundas.

Acercándonos a la lucha por el título, recuerdo sus charlas motivacionales seguramente lejos del tacto y la delicadeza que exige la juventud de hoy. Decía el profe: “Hermanitos, uno tiene que mirar para arriba, estar en lo mejor”, y añadía: “Ustedes son Millonarios, esta camisa pesa, no hay más para ir”. Antes de algún partido, sin embargo, nos dijo: “Salí del Bucaramanga, a lo más grande, Millonarios”. Y triunfó, por supuesto. Pero luego agregó algo así como: “Hay que crecer, mejorar, por eso fui a América, porque era un paso más”.

La idea que Millos ya no era lo más grande en Colombia comenzaba a despuntar. Estos días me acordaba de aquellas charlas viendo lo poco que representa jugar en Millonarios para el futbolista contemporáneo.

La primera vez que escuché a Hárold Santiago Mosquera fue cuando anotó dos goles, casi debutando, frente al Tolima en Bogotá. Regresando del estadio la radio lo alababa, y él, sin haber jugado nunca un partido completo, declaraba al mundo que su ilusión era irse del club azul. Como se fueron Román o Néiser, sin ilusión por el azul. Más allá de que los Carlitos Gómez, Carrascal, C. S. Mosquera se vayan, o se vayan y regresen para irse como Salazar o Ruiz, la realidad es que Millos no ofrece un panorama deportivo de interés para ningún futbolista con aspiraciones.

Es natural vender a jugadores desde Colombia, pero la estrategia de priorizar la venta sobre el resultado deportivo ha tenido consecuencias negativas para Millonarios.

La afición sigue siendo multitudinaria, más por historia e ilusión que por realidad. Predecir el futuro de Millonarios es simple. Cada vez será más complicado traer a buenos jugadores, pero el otro semestre entrará a los ocho, en unos semestres quizá hasta gane un título local. Posteriormente se desarmará, quedará fuera de los ocho y volverá a empezar. Pero el ciclo cada vez hundirá más a Millonarios, y recuperar la grandeza que tuvo será cada vez más utópico. La estrategia debería replantearse.

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JOSE OBREGON(97925)05 de noviembre de 2025 - 12:20 a. m.
Me sorprende su columna, cuando señala que fue jugador de Millos en el 91, y despotrica contra el actual equipo.. quiero recordarle que entre 1988 y 2012, es decir en su época y x 24 años, MIllos no gano nada.. lo acabaron los dirigentes y tuvieron que liquidar el equipo. Una empresa que se denomina Azul y Blanco compró la marca y eso es lo que existe hoy. Y claro que hay jugadores que aman la camiseta, y como en todo equipo, otros que no, que están solo por la paga. Lo cual es normal.
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