JORGE LUIS BORGES, EN NUMEROsos ensayos abordó temas de matemáticas y física teórica, sobre el infinito, la geometría, la topología, la teoría de conjuntos, la lógica matemática.
Había leído a Russell y a James Newnan, y la teoría de conjuntos infinitos de Cantor, la relatividad del espacio y tiempo no le era ajena. El matemático Guillermo Martínez en Borges y la matemática analiza los ensayos sobre estos tópicos. Es interesante mencionar que Borges en el prólogo del libro de Kasner y Newnan afirma que “las matemáticas no son una ciencia empírica” reconociendo que existe un abismo entre las ciencias experimentales, como la física, la química, la biología y la matemática.
Algunos físicos y matemáticos han incursionado, con éxito, en el campo de la novela haciendo sutiles referencias a su profesión. No son novelas científicas, como lo es la clásica de Fred Hoyle La Nube Negra. El físico Alan Lightman publica Los sueños de Einstein recreando cómo transcurre el último día del mundo en Ginebra. Hay momentos de congestión, de angustia y otros de una soledad, sólo comparable a Bogotá durante un partido de las finales de un mundial de football. No hay una sola fórmula, ni ninguna explicación pedagógica a la teoría de la relatividad, pero por supuesto en la obra está el espíritu del joven empleado en la oficina de patentes de Ginebra, Albert Einstein. Otra interesante novela de Lightman es El Universo de un joven científico , describe las peripecias de un físico que trabaja en las teorías de gran unificación. Un día se presenta una hecatombe en la universidad, se dañan las fotocopiadoras y el narrador piensa... mejor, de pronto los estudiantes leerán los documentos en lugar de fotocopiarlos. Hoy la crisis sería una falla en internet, motivaría la lectura, en lugar del para qué estudiar si todo el conocimiento está en la red.
Una novela de Guillermo Martínez es Crímenes Imperceptibles, recrea unos extraños asesinatos en Oxford, en la misma época que Wiles da la conferencia en Cambridge en la que demuestra el Último Teorema de Fermat. El director Alex de la Iglesia lleva la obra al cine con el título Crímenes de Oxford, decorosa adaptación de una divertida y ligera novela.
Recientemente un físico, Paolo Giordano, lanzó la novela La soledad de los números primos. Aunque hace unas tenues referencias a su profesión y a su interés en un aspecto de la teoría de números, la trama es profundamente psicológica y pesimista, el destino es inevitable. El humor negro, la buena prosa y el suspenso atrapan al lector. Como buen físico contemporáneo sabe que la linearidad está pasada de moda, y que el fluir del tiempo no es como la trayectoria de una flecha. El azar y el caos están presentes, y por esto la obra puede finalizar con cualquier desenlace, el autor no nos dice cuál.
Aunque no puede catalogarse estrictamente como un científico, Michel Houellebecq, en sus novelas Las partículas elementales, Ampliación del campo de batalla, y Plataforma realiza una mezcla de política, sexo, biología, informática, terrorismo etc., que si bien golpea a los nostálgicos de Mayo del 68, deja la sensación que Henry Miller escribía libros aptos para regalar en primeras comuniones. Recientemente las autoridades judiciales francesas fallaron en su favor ante una demanda que sostenía que sus escritos ofendían al Islam.
* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano