El manejo del Fondo de estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) es ejemplo de contabilidad creativa, que le permitió, en especial al gobierno anterior, aumentar el gasto público incrementando el endeudamiento sin que este se reflejara en las cuentas fiscales.
Un ejemplo aclara su complejo funcionamiento. Una empresa confecciona camisas de calidad, las vende en el mercado interno y en Nueva York, en esta ciudad el ingreso por camisa es muy superior al obtenido en el mercado local para el mismo bien, por regulaciones debe abastecer toda la demanda local. Un accionista que posee el 88 % de las acciones y la controla, para obtener un alto flujo de dividendos determina que la compañía maneje la contabilidad de la siguiente forma: factura toda la producción a precio del mercado neoyorquino, mucho mayor que el local. Como el ingreso por venta local es menor que la factura, la diferencia la contabiliza como cuentas por cobrar a una compañía del socio mayoritario. La utilidad registrada es superior a la realmente obtenida, pues hay dudas sobre la posibilidad de pago de la acreencia. En el momento de repartir las utilidades se aprueban por el valor registrado. A pesar de que las cuentas por cobrar van aumentando, la revisoría fiscal no obliga a provisionarlo y es posible que esa cuenta por cobrar no se materialice. En síntesis, el accionista mayoritario recibe un dividendo que no corresponde a la utilidad real y la fábrica de camisas para poder pagarlo va acumulando endeudamiento con los proveedores y con el sector financiero.
El FEPC opera en la siguiente forma: el Gobierno Nacional (GN) ha fijado una metodología para definir los precios internos a los cuales Ecopetrol vende el combustible; si estos son inferiores al precio que obtendría exportando, la diferencia la asume el FEPC, esta deuda ha obtenido recientemente garantía del GN. El FEPC fue creado en el 2007, al finalizar el 2021 la deuda acumulada ascendía a $14,2 billones (Marco Fiscal de Mediano Plazo), en el solo año 2021 la deuda creció en $7,7 billones. Para el 2022 el diferencial crecerá más aceleradamente debido al disparo de los precios internacionales. Se estima que puede estar entre los $20 y $35 billones, cifra superior que la que se pretende recaudar con la reforma tributaria. En el balance de Ecopetrol, en cuentas por cobrar, se reflejan las anteriores cifras. Las utilidades de Ecopetrol en el 2021 ascendieron a $17,6 billones, de estos el 46 % se generaron por las cuentas a cobrar de FEPC. El GN repartió las utilidades de Ecopetrol como si todos los combustibles se hubieran vendido a precios que reflejan los internacionales. El Gobierno Nacional se gastó recursos que en realidad no existían. Finalizando la pasada administración el Gobierno hizo un pago con emisión de títulos de deuda, es decir, el gasto por utilidades no realizadas se reflejó en el aumento de la ya elevada deuda pública.
Por la forma de contabilizar el déficit del FEPC no aparecen como una deuda pública, lo cual le permitió al gobierno de Duque gastar generosamente al debe. El deudor a Ecopetrol es el FEPC, que es 100 % estatal, pero por argucias su deuda no aparecía como deuda pública del Gobierno central.
No es posible, sin disparar aún más la inflación, fijar los precios internos con la fórmula actual, es más sensato modificar esta para no estimular, como decía el presidente López, la Disneylandia fiscal.
El manejo del Fondo de estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) es ejemplo de contabilidad creativa, que le permitió, en especial al gobierno anterior, aumentar el gasto público incrementando el endeudamiento sin que este se reflejara en las cuentas fiscales.
Un ejemplo aclara su complejo funcionamiento. Una empresa confecciona camisas de calidad, las vende en el mercado interno y en Nueva York, en esta ciudad el ingreso por camisa es muy superior al obtenido en el mercado local para el mismo bien, por regulaciones debe abastecer toda la demanda local. Un accionista que posee el 88 % de las acciones y la controla, para obtener un alto flujo de dividendos determina que la compañía maneje la contabilidad de la siguiente forma: factura toda la producción a precio del mercado neoyorquino, mucho mayor que el local. Como el ingreso por venta local es menor que la factura, la diferencia la contabiliza como cuentas por cobrar a una compañía del socio mayoritario. La utilidad registrada es superior a la realmente obtenida, pues hay dudas sobre la posibilidad de pago de la acreencia. En el momento de repartir las utilidades se aprueban por el valor registrado. A pesar de que las cuentas por cobrar van aumentando, la revisoría fiscal no obliga a provisionarlo y es posible que esa cuenta por cobrar no se materialice. En síntesis, el accionista mayoritario recibe un dividendo que no corresponde a la utilidad real y la fábrica de camisas para poder pagarlo va acumulando endeudamiento con los proveedores y con el sector financiero.
El FEPC opera en la siguiente forma: el Gobierno Nacional (GN) ha fijado una metodología para definir los precios internos a los cuales Ecopetrol vende el combustible; si estos son inferiores al precio que obtendría exportando, la diferencia la asume el FEPC, esta deuda ha obtenido recientemente garantía del GN. El FEPC fue creado en el 2007, al finalizar el 2021 la deuda acumulada ascendía a $14,2 billones (Marco Fiscal de Mediano Plazo), en el solo año 2021 la deuda creció en $7,7 billones. Para el 2022 el diferencial crecerá más aceleradamente debido al disparo de los precios internacionales. Se estima que puede estar entre los $20 y $35 billones, cifra superior que la que se pretende recaudar con la reforma tributaria. En el balance de Ecopetrol, en cuentas por cobrar, se reflejan las anteriores cifras. Las utilidades de Ecopetrol en el 2021 ascendieron a $17,6 billones, de estos el 46 % se generaron por las cuentas a cobrar de FEPC. El GN repartió las utilidades de Ecopetrol como si todos los combustibles se hubieran vendido a precios que reflejan los internacionales. El Gobierno Nacional se gastó recursos que en realidad no existían. Finalizando la pasada administración el Gobierno hizo un pago con emisión de títulos de deuda, es decir, el gasto por utilidades no realizadas se reflejó en el aumento de la ya elevada deuda pública.
Por la forma de contabilizar el déficit del FEPC no aparecen como una deuda pública, lo cual le permitió al gobierno de Duque gastar generosamente al debe. El deudor a Ecopetrol es el FEPC, que es 100 % estatal, pero por argucias su deuda no aparecía como deuda pública del Gobierno central.
No es posible, sin disparar aún más la inflación, fijar los precios internos con la fórmula actual, es más sensato modificar esta para no estimular, como decía el presidente López, la Disneylandia fiscal.