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Lovelock

José Fernando Isaza
18 de agosto de 2022 - 05:30 a. m.

El pasado 26 de julio murió James Lovelock, el mismo día que celebraba sus 103 años. Estuvo activo intelectualmente hasta su muerte: en el 2019 publicó su último libro, Novaceno, en el cual plantea la existencia, en un futuro, con una nueva especie hiperinteligente basada en la inteligencia artificial. Pensarán 10.000 veces más rápido y nos verán como vemos hoy a las plantas, como criaturas que piensan y actúan con una lentitud desesperante. No avizora un futuro en el cual la humanidad desaparezca como consecuencia de esa nueva especie, al contrario vislumbra un progreso a nivel cósmico con la colaboración de ambas. Las dos requieren que el sistema de refrigeración planetario las proteja del efecto de invernadero.

Lovelock es reconocido por haber desarrollado la teoría “Gaia” en el año 1969, que fue publicada diez años después. La hipótesis plantea que la atmósfera, el suelo y los océanos, la biosfera, forman un sistema complejo autorregulado en el cual la presencia de la vida actúa para que se mantengan las condiciones para su funcionamiento. Gaia es la diosa griega de la tierra. Esta teoría fue muy controvertida, pues algunos la interpretaban como si la biosfera fuera un ser viviente y no un sistema que alberga seres vivos e inanimados. Se cuestionaba que era una teoría teleológica que otorga a la biosfera un sentido de finalidad. La teoría no considera la biosfera como un ser viviente, sino como un sistema regulado con retroalimentación que tiende hacia un equilibrio.

La NASA contrata a Lovelock para analizar las posibilidades de existencia de vida en Marte. La composición de la atmósfera del planeta es 95 % anhídrido carbónico, por lo que Lovelock descarta la existencia de vida, pues esta modificaría la composición atmosférica aumentando la concentración de oxígeno. Así, si en la Tierra no hubiera vida, su biosfera gaseosa sería el 98 % de anhídrido carbónico, y no 21 % de oxígeno, 78 % de nitrógeno y el resto, anhídrido carbónico, metano y argón.

La hipótesis de Gaia no implica que la biosfera se retroalimente para mantener la vida de la especie humana, sino la de diferentes especies. Llevando el argumento al extremo, la deforestación, la emisión de gases de efecto de invernadero, la extinción de especies por efecto de la actividad humana, podrían desencadenar una retroalimentación que tienda a eliminar o a disminuir la población para garantizar la sustentabilidad de la vida en la Tierra, la venganza de Gaia.

Para comprender el efecto de retroalimentación, Lovelock propone el siguiente ejemplo. En un planeta solo existen dos especies, margaritas blancas y negras, que se desarrollan por igual a una temperatura adecuada. Si la radiación solar aumenta, las margaritas negras absorben más calor del necesario reduciendo su expansión, dando lugar a un mayor crecimiento de las margaritas blancas, así crece la superficie de estas, aumenta el albedo y por consiguiente la reflexión de la radiación incidente, reduciéndose la temperatura atmosférica y regresando al equilibrio. Este hecho explica por qué en la Tierra la reducción de área de los glaciares y los polos crea una retroalimentación que magnifica el efecto invernadero.

Lovelock fue también un importante inventor, se destaca su método para detectar componentes con bajísimas concentraciones, se aplicó para determinar la presencia de fluorocarbonos en la atmósfera que destruyen la capa de ozono.

 

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