Películas

José Fernando Isaza
10 de marzo de 2022 - 05:30 a. m.

Días de horror y angustia se viven, la existencia de la humanidad puede depender de la voluntad de una persona. Es el inmenso riesgo que ególatras iluminados dirijan autoritariamente un país. Aunque siempre haya sido elegido por mayorías electorales, se le considera un dictador que modificó para su beneficio la Constitución y luego poder ser reelegido, nombró a dedo a su sucesor D. Medvedev, que actuó como su marioneta; luego volvió a modificar el período presidencial para convertirse en presidente eterno.

El fin de la civilización a consecuencia de una guerra nuclear ha sido recreado en múltiples filmes. El mejor de todos es Dr. Strangelove (1964), dirigido por Stanley Kubrick, con la actuación de Peter Sellers. Los personajes reflejan a un presidente ruso alcohólico; un físico húngaro residente en EE. UU., a quien se le atribuye la construcción de la bomba de hidrógeno; Edward Teller, en la vida real, si bien participó en el proyecto, el diseño conceptual es de Stanislaw Ulam. Teller alentó la construcción de la bomba a pesar de la oposición de los físicos que trabajaron en el proyecto Manhattan, quienes alertaban sobre el peligro de destrucción global. También sugirió que se utilizara preventivamente para destruir la entonces Unión Soviética. Con sentido del humor, se le otorgó en 1991 el ignominioso Premio Nobel de Paz “por sus grandes esfuerzos para cambiar el significado del término ‘paz’ tal como lo conocemos”. En la película de Kubrick, un científico ruso construye el sistema Armagedón, que hace explotar una serie de bombas que garantiza el fin de los tiempos. Por un error se da la orden de iniciar su acción; cuando se quiere parar el sistema se encuentra que nadie pensó en esa posibilidad. La película fue estrenada dos años después de la crisis de los misiles, cuando el mundo estuvo al borde del holocausto.

En plena Guerra Fría, en 1959, se proyectó la película La hora final; entre los actores están Gregory Peck, Ava Gardner, Anthony Perkins y Fred Astaire; el director fue Stanley Kramer. La vida en el hemisferio norte ha desaparecido por efectos de la radiación, un submarino se dirige a Australia, adonde aún no ha llegado la nube radiactiva, para estudiar la posibilidad de supervivencia de los habitantes de ese continente, quienes prefieren vivir sus últimos días en las playas y en reuniones. El gobierno ofrece dosis letales a quienes prefieren la muerte por veneno. El submarino regresa a una base deshabitada y a los pocos días llega la nube mortal y el último refugio de la humanidad no logra preservar la especie. La película describe un futuro, 1964, dos años antes de la instalación de las ojivas nucleares en Cuba.

El gran director soviético Andrei Tarkovsky (1932-1986), en su obra póstuma, El sacrificio, muestra el fin de los tiempos. Se celebra en Suecia, en una lujosa residencia campestre, el cumpleaños del hijo del dueño, un escritor con grandes cargos de culpa. Los comensales perciben sobrevuelos de aviones. En un momento la vajilla vibra y las copas comienzan a tintinear, el escritor anuncia que ¡se ha lanzado la primera bomba! Los siguientes minutos los emplea en la búsqueda de una anciana de una localidad cercana, una bruja, con quien salda su culpa. El mundo se acaba, no es posible una guerra nuclear limitada cuando las potencias tienen cada una un arsenal diez veces mayor que el necesario para destruir la vida humana en la Tierra. Sobrevivirán las cucarachas y otras especies.

 

Eduardo Sáenz Rovner(7668)10 de marzo de 2022 - 01:55 p. m.
Le haremos compañía a los dinosaurios.
Periscopio(2346)10 de marzo de 2022 - 01:44 p. m.
Putín es uribista porque prefirió la guerra antes que la paz. Y es seguro que si mañana Putín desea negociar la paz el uribismo le encontrará objeciones. ¿Paz? !Ni puel chiras! !Plomo es lo que hay! !AJUA!
Octavio(20279)10 de marzo de 2022 - 01:39 p. m.
Parcial.. locos, ególatras y desquiciados hay en todas partes, E.U también tiene esta clase de armas y tecnología, y en el anterior periodo de gobierno hubo en loco al frente, pero tuvimos la suerte que no lo provocaron..
  • Mar(60274)11 de marzo de 2022 - 08:30 a. m.
    Para que vea y Biden la va a provocar. Cómo escogen a una persona que apoyó la invasión y saqueo a Irak con mentiras, esto era de esperar.
Periscopio(2346)10 de marzo de 2022 - 01:36 p. m.
Putín fue taaan amigo de Trump que hasta se le acusa de haber apoyado la campaña de éste a la presidencia, así como Duque apoyó la fallida reelección de Trump. Por eso no sorprendería saber que Duque, y por ende Uribe, es amigo de Putín "por debajo de la mesa", por aquello de "Los amigos de mis amigos son mis amigos". Es evidente que la hipocresía es la característica del uribismo.
Rotceh(23651)10 de marzo de 2022 - 12:27 p. m.
La posibilidad de una guerra nuclear que acabe con la vida en la tierra, incluyendo las cucarachas, tiene de bueno y positivo que será el fin de todos los males que afectan a la humanidad , incluyendo la corrupción . Si no es así, este infortunio seguirá vivito y coleando hasta el día del juicio final , por la tardecita
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