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La actual campaña electoral ha sido pródiga en propuestas casi alucinantes.
El candidato del Centro Democrático propone mandar a la mierda (sic) a los alcaldes elegidos popularmente si no se comportan abyectamente con las ideas de su partido o de su jefe. Hay que reconocer que al menos no los amenazó con “partirles la cara, maricas”.
Anastasia Rubio, candidata a la Cámara por el partido Oxígeno Verde, propone una ley que declare a las mascotas “ciudadanos (sic) sintientes”. Una propuesta más avanzada que la actual jurisprudencia, que reconoce que los animales son seres sintientes. Al otorgarles la categoría de ciudadanos surgen varias inquietudes: ¿tendrán derecho al voto y a ser elegidos? ¿Cuándo adquieren la mayoría de edad? ¿La categoría de ciudadanos también se aplica a los peces en los acuarios? ¿Las mascotas tendrán jurisdicción electoral especial? ¿Habrá reposición de dinero por el voto? La Constitución es clara al definir los deberes y derechos de los ciudadanos. ¿Qué pasaría si algún otro congresista propone expedir una ley que declare que las plantas son ciudadanos vivientes? Un agudo comentario ante la propuesta de la sobrina de Íngrid Betancourt fue: “Por estas ideas les pagan $34 millones al mes”. Como puede parecer increíble el término “ciudadano” propuesto para las mascotas, recomiendo ver el video de Anastasia en el cual claramente, sin titubear, les otorga esta categoría.
Si Paola Ochoa, efímera fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández, no se hubiera retirado en la campaña habría explicado sus audaces propuestas. Mencionemos algunas: “La leche materna es para los países pobres”, con eso habría tenido una generosa financiación de las transnacionales que hacían publicidad a favor de las leches de laboratorio; hoy están prohibidos esos anuncios. Emulando a los dirigentes de Corea del Norte y China, propuso censura y aun prohibir las redes sociales para evitar las movilizaciones ciudadanas. La explicación de las medidas para promover la vacunación mediante propinas diferenciales a los “rappitenderos” quedará en la historia como un ejemplo del más agudo humor cachaco; el problema es que, al parecer, lo dijo en serio. Lástima que haya renunciado intempestivamente, pues habría hecho un buen equipo con quien quiere dirigir el destino del país y confunde a Einstein con Hitler.
Sorprende la propuesta de Petro para combatir la inflación del rubro de alimentos. Subir los aranceles a la importación de estos. Cuando la devaluación ha crecido y los precios de los fertilizantes se han visto afectados por la cuadruplicación del precio del gas natural, la consecuencia ha sido un alza en el costo de los alimentos. Su idea se asemeja a extinguir un incendio con gasolina. Erdogan aplicó una política similar, el año pasado, en Turquía; el resultado fue una inflación del 48,7 %.
Siguiendo el sabio consejo de no poner todos los huevos en una misma canasta, y ante la necesidad del expresidente Uribe de tener una Fiscalía colaboradora, se puede esbozar su estrategia: poner el huevo izquierdo en la candidatura de F. Gutiérrez, el derecho en la de Ó. Zuluaga y el suplementario en la de R. Hernández. El eterno, si bien parece que hoy no puede nombrar presidente, tiene una fuerza electoral que puede inclinar la balanza y acrecentar el dinero de la reposición de votos a favor de quien le garantice la inimputabilidad.
