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El fin del mundo

Retrocesos preocupantes en el mundo

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José Luis Ramírez León
15 de diciembre de 2025 - 05:05 a. m.
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Hay situaciones que de una manera u otra afectan a la inmensa mayoría de los países, que se han ido enquistando y que, a pesar de la importancia y la gravedad que envuelven, parecen no generar la reacción necesaria para poder enfrentarlas. El evidente deterioro de la democracia, de los derechos humanos y del medio ambiente, entre otros, parecen haberse vuelto parte del paisaje. Son hechos evidentes, que están a la vista, sustentados por informes de entidades que se dedican a su seguimiento. Las cifras y los datos no mienten.

El primer asunto, más que preocupante, es la forma en que la democracia continúa su retroceso año tras año. Es una tendencia que han venido corroborando los distintos medidores que existen, como V-dem, o, el informe que todos los años publica The Economist Intelligence Unit (EIU). El último, que hizo referencia a 2024, y sobre el cual se ha hablado con anterioridad, muestra el tamaño del problema. El año pasado fue el del mayor número de elecciones que se han llevado a cabo a nivel global desde que la democracia opera como sistema de gobierno. Entre ellos, siete de los diez países con mayor población. El hecho de que se realicen procesos electorales debería ser, per se, una buena noticia. Pero no fue así. Solo 43, de las más de 70 elecciones que se llevaron a cabo el año anterior, fueron libres y justas.

En lo que va corrido del presente siglo, en especial después de la pandemia, se ha acentuado una tendencia que ha tenido repercusión en distintas partes del mundo, y que afecta a la región. El populismo ha vuelto a aflorar con especial fuerza. Frente a un electorado cansado de promesas incumplidas, con partidos políticos desprestigiados y unas instituciones débiles, brotan este tipo de Mesías como la mala hierba. Captan, con tácticas abiertamente confrontacionales, mentiras flagrantes y fórmulas de solución efectistas, sin contenido real, la atención de los votantes. En especial de los jóvenes que quieren soluciones inmediatas. En esta dinámica, una vez alcanzado el poder, los gobernantes populistas pueden mutar hacia regímenes iliberales, o híbridos, cuya finalidad es acabar con la democracia liberal y colocarse a pocos pasos del autoritarismo y la dictadura. Según la información disponible, casi tres cuartas partes de la población mundial, entre el 70 % y el 72 % de la población mundial, cerca de 5.700 millones de personas, viven bajo regímenes autocráticos o dictatoriales. De allí que esta crisis, o déficit democrático, debería ser un tema de suficiente preocupación. Parece no serlo.

Con respecto a los derechos humanos, pilar esencial de toda democracia liberal que se respete, vale la pena recordar que la semana anterior se celebró su día. Un informe del Civicus Monitor, sobre la situación en la región, también debería encender las alarmas. Uno de los hechos que señala es que los defensores de DD. HH, reciben ataques no solo en gobiernos abiertamente autoritarios, sino también en democracias consolidadas. Esta es la mayor complejidad, dado que en dictaduras como las de Cuba, Venezuela y Nicaragua, las situaciones descritas en el informe, y otras mucho peores, son parte del día a día. Es la forma que tienen sus gobernantes ilegítimos de mantenerse en el poder.

Situaciones como las presentadas en Estados Unidos, Argentina y El Salvador son ejemplos evidentes de cómo en países democráticos vienen aumentando los rasgos populistas y autoritarios. Para la directora de la investigación, Ana María Palacios, “en el caso de América, hablamos de que el 90 por ciento de la población vive en espacios donde ejercer las libertades cívicas es muy complicado (además) es la región más letal para quienes defienden los derechos medioambientales”.

Antonia Urrejola, expresidenta de la Comisión Interamericana de DD. HH., coincide con que “el continente sigue siendo una de las regiones más peligrosas del mundo para los defensores de los derechos humanos, y esto incluye a periodistas y líderes de la oposición”. Considera que los casos mencionados por el informe, “son síntomas de una misma tendencia de erosión democrática bajo el discurso de la seguridad o del orden”.

Todo lo expuesto con anterioridad puede parecer llover sobre mojado. Pero nunca está de más reiterar este tipo de situaciones cuantas veces sea necesario. Parafraseando al maestro Monterroso, así haya quienes no quieran ver la realidad, como el dinosaurio del cuento, esta continuará estando ahí.

José Luis Ramírez León

Por José Luis Ramírez León

Abogado, analista internacional, profesor, periodista y diplomático. Colabora con varios medios de comunicación, nacionales e internacionales, así como diversos pódcast. Fue asesor del secretario general de la OEA y secretario general de la CAF.
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