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El fin del mundo

Sudán: la catástrofe humanitaria que no importa

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José Luis Ramírez León
01 de septiembre de 2025 - 04:00 a. m.
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En Sudán se está desarrollando en este momento la peor crisis humanitaria mundial, de acuerdo con agencias de la ONU, y ONG como Amnistía Internacional, que vienen alertando, sin mayores resultados, a una comunidad internacional que ha dejado al país africano y sus habitantes abandonados a su suerte. El alto número de muertos, el desplazamiento masivo, interno y externo, la situación de hambruna extrema como arma de guerra, que amenaza con volverse generalizada, la violencia sexual reiterada y la crisis sanitaria afectan a más de 30 millones de personas que requieren de ayuda humanitaria urgente.

Frente a otras situaciones de mayor visibilidad mediática, por razones obvias, como el genocidio en Gaza, la no devolución de los rehenes israelíes secuestrados por el grupo terrorista Hamás, además de los crímenes de guerra y de lesa humanidad de Rusia en Ucrania, el horror de los sudaneses está relegado a un segundo plano. La que ha sido considerada, con toda razón, como “la mayor catástrofe humanitaria de nuestra época”, como la calificó acertadamente El País de España, tiene lugar en medio de la apatía de la comunidad internacional. Se trata, desde que se inició el actual conflicto hace algo más de dos años, del desplazamiento masivo de un número mayor a doce millones de personas dentro del país y tres millones más que han huido a países vecinos. De los 52 millones de habitantes, más de 24 millones padecen inseguridad alimentaria, y más de 15 millones de niños necesitan ayuda urgente, según la UNICEF. El retiro de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha impactado sustancialmente los escasos recursos que se podían destinar para paliar esta crítica situación.

El número de personas que han muerto como consecuencia de la guerra no es claro. A finales de 2024 el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hablaba de más de 20.000 fallecidos, en el entendido de que podrían ser muchos más. El London School of Hygiene and Tropical Medicine mencionó en noviembre del año pasado que la misma sería cercana a los 61.000 muertos, en los primeros 14 meses. Por último, el enviado especial de EE. UU. en Sudán, Tom Perriello, considera que puede estar por encima de los 150.000. Este es el tamaño de la tragedia.

En medio de la destrucción, de ciudades y pueblos arrasados por los combates, los servicios esenciales y la infraestructura han sufrido las principales consecuencias del conflicto. Solo cerca del 30 % de los centros de salud están en funcionamiento, y un número cercano a los 20 millones de niños no pueden acceder a las escuelas, con el gravísimo daño que ello implica para el futuro del país. “La tasa de inmunización infantil ha retrocedido 40 años y Sudán cuenta hoy con la cobertura de vacunación básica más baja del mundo”, según El País.

La actual situación se presenta en una nación que ya había sido devastada por la guerra a comienzos del presente siglo, cuando en la región de Darfur se cometió un genocidio que llegó ante la Corte Penal Internacional, con delitos como el desplazamiento forzado, la limpieza étnica, matanzas indiscriminadas, violaciones masivas y bloqueos al acceso humanitario. Tras un golpe de estado en 2021, se buscó que las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar comandado por Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), se integraran en un plazo de dos años al ejército regular. En abril de 2023, las FAR atacaron bases de las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS), lideradas por Abdel Fattah al-Burhan, dando inicio a la actual guerra que se mantiene dentro de un equilibro bélico, sin un claro ganador, mientras la crisis humanitaria alcanza los niveles mencionados. El primer ministro Kamil Idris ha llevado a cabo infructuosos esfuerzos para ambientar un diálogo entre todos los actores del conflicto que permita el retorno de los desplazados y aleje el fantasma de la hambruna que afecta a casi la mitad de la población sudanesa.

Amnistía Internacional ha recogido información de primera mano que da cuenta de “múltiples casos de ataques por motivos étnicos contra personas masalit en Darfur Occidental, en ciudades como Ardamata, El Geneina, Misterei y Tandelti. Testimonios de supervivientes indican que las Fuerzas de Apoyo Rápido y las milicias aliadas son las fuerzas responsables de estos ataques”.

Mientras la crisis humanitaria continúa, nada indica que la guerra, con sus desastrosas consecuencias, vaya a terminar al menos a corto o mediano plazo. Los ojos del mundo miran hacia otros lados, más mediáticos, sin que se vislumbre algún tipo de solución viable.

José Luis Ramírez León

Por José Luis Ramírez León

Abogado, analista internacional, profesor, periodista y diplomático. Colabora con varios medios de comunicación, nacionales e internacionales, así como diversos pódcast. Fue asesor del secretario general de la OEA y secretario general de la CAF.
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jmurillo(10525)02 de septiembre de 2025 - 02:34 a. m.
La involución de la especie humana es cada vez más palpable. El horror que viven los sudaneses nos debe alarmar a todos como humanidad. ¡Tanto se ha naturalizado la barbarie para que haya tanta indolencia!!
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)01 de septiembre de 2025 - 09:50 p. m.
Terrrible situación. Pero mire que la derecha colombiana quiere una guerrita con el dictafor Maduro
Eduardo Sáenz Rovner(7668)01 de septiembre de 2025 - 09:03 p. m.
Si de casualidad hubiese un judío perdido en Sudán, Petro y sus cholonazis pondrían el grito en el cielo y pedirían la resurrección de Hitler. En las redes y columnas más de uno lo invocan; ¡cómo son tan arios!
CARLOS BARRGAN(lcggj)01 de septiembre de 2025 - 04:02 p. m.
Guardadas las proporciones. Uno no alcanza a entender, ¿Por qué un sector de los colombianos desea que se produzca la invasión de ESTADOS UNIDOS a VENEZUELA?, siendo que, un evento de esa naturaleza afectaría colateralmente y en grado sumo a COLOMBIA. Olvidan que, los intereses económicos (petróleo) y políticos de las grandes potencias, casi siempre están por encima de las vidas humanas. Debemos continuar abogando por una salida política y pacífica (del sátrapa MADURO) en VENEZUELA.
  • Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)01 de septiembre de 2025 - 09:47 p. m.
    De acuerdo pero esta derecha colombiana lo que quiere es conflicto. Al sátrapa Maduro le queda poco
Atenas (06773)01 de septiembre de 2025 - 03:14 p. m.
JoséL., toda una tragedia griega lo de Sudán, y con unos componentes q’ bien detallados más o menos coinciden con la ídem tragedia q’ de forma compartida padecen Colombia y V/zla, con déspotas en el poder, violencia sin par, narcotráfico, desolación, desplazamientos a millones, hambrunas…….al fin y al cabo estamos en la misma línea ecuatorial. Atenas.
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