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Los falsos positivos de la JEP

José Obdulio Espejo Muñoz
04 de agosto de 2021 - 07:05 p. m.

Más peligrosa que la justicia ciega es aquella que sufre cataratas. La pérdida de agudeza visual es una enfermedad que, precisamente, está haciendo metástasis en nuestro sistema judicial. Este padecimiento afecta a las altas cortes y ahora a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.

Porque en Colombia se ha vuelto recurrente fabricar testigos y formular imputaciones cargadas de falsedad. Desviar la responsabilidad es otra arista de esta fenomenología, que, en el caso de la JEP, estaría tomando forma a raíz del abordaje que este tribunal dio al macrocaso 007 sobre “Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado”.

Para nadie es un secreto que las Farc −como ninguna otra organización armada ilegal− priorizó el reclutamiento de menores de edad en sus filas. Si alguien debe responder por este crimen de guerra ante el Tribunal para la Paz son los exmiembros del Secretariado que se pasean por el Congreso.

Muy a pesar de las abrumadoras evidencias, este macrocaso ha dado un giro sorprendente. La JEP está desviando los reflectores hacia un culpable que otorga mayores réditos (el Ejército) y usando un chivo expiatorio: la operación Berlín.

Para lograr su objetivo, los magistrados estarían instrumentalizando a la prensa. Si bien es cierto que la JEP emitió el pasado 25 de julio un escueto comunicado sobre el asunto, no lo es menos que a la mañana siguiente El Espectador publicó un informe especial, con tal riqueza de detalles que sólo pudo ser posible al filtrar información privilegiada. ¿Atestiguamos la vulneración de reserva sumarial en los estrados transicionales?

Ahora bien, de la lectura de esta nota de prensa puede coludirse que la JEP estaría haciendo una interpretación maniquea del catálogo de crímenes de guerra contenido en el Estatuto de Roma y en normas del Derecho de Ginebra. Tal entuerto jurídico no puede constituirse en patente de corso para cristalizar intereses políticos y arroparlos bajo el disfraz de justicia transicional.

A la luz del Derecho Internacional Humanitario resulta evidente que los niños involucrados en la operación Berlín tenían una doble condición: en primer lugar, víctimas del atroz crimen de reclutamiento forzado y, en segundo, combatientes. Quien los puso en esa situación no fue el Ejército sino las Farc que los incorporó a la columna móvil Arturo Ruiz. ¡Eso debe quedar bien claro!

Se asegura erróneamente que el Ejército no podía combatir esta estructura armada porque “[…] antes de realizar ataques y bombardeos, sabía que la columna Arturo Ruiz estaba conformada entre un 70 y 80 % por menores de edad que se desplazaban desde San Vicente del Caguán hasta el Magdalena Medio”.

Al examinar el Protocolo II (literales “c” y “d”, artículo 4), el Estatuto de Roma (numeral 2, artículo 8) y el espíritu del principio de distinción −que obliga a diferenciar entre las personas que gozan de inmunidad respecto de los ataques directos y aquellas que constituyen objetivos militares−, no se evidencia prohibición tácita o implícita que otorgara inmunidad a estos niños. Así se tratara de “inexpertos de 13 a 17 años” −como se afirma con vehemencia en el artículo− estaban armados, tenían entrenamiento y son sus reclutadores quienes deben responder por la pérdida de su estatus protector.

De ahí que la JEP sacara de la chistera de mago artilugios e interpretaciones amañadas de los principios de proporción y precaución y de normas consuetudinarias, falacia que se evidencia en este párrafo: “[…] los militares… pudieron incurrir en crímenes de guerra sobre personas protegidas, perfidia, orden de no dar cuartel (no dejar a nadie con vida), tortura psicológica, tratos crueles y degradantes y amenazas de violencia sexual”. En un 90%, estas acusaciones se apoyan en un informe de la ONG Benposta Nación de Muchachos y de un grupo consultor del que se desconoce su razón social.

Es de anotar que el artículo contiene detalles que no soportan el escrutinio de la razón. Verbigracia, ideal saber si los testimonios que cita ampliamente El Espectador fueron tomados a los sobrevivientes hace 11 años o ahora que son adultos. Surgen dudas porque su estructura narrativa no corresponde a la de un niño, pero sí a un libreto y, en algunos casos, se llegan a mencionar rangos, como si esos “inexpertos de 13 a 17 años” fueran versados en grados y distintivos militares.

Puede ser que la totalidad de actuaciones de las tropas involucradas en Berlín no se ajuste al DIH −hecho que debe demostrarse más allá de toda duda razonable−, pero hay una gran abismo entre esta conjetura y el hecho de asegurar que se trató de una operación de “exterminio” y “aniquilación”.

Asistimos, entonces, a la muestra inequívoca de un falso positivo judicial de la JEP, un tribunal que establece responsabilidades antes de dictar sentencia y excusa a los verdaderos culpables. ¡Un tribunal que es de justicia, pero política!

 

Laura(92449)08 de agosto de 2021 - 01:15 a. m.
El real falso positivo es la ausencia total de soporte normativo y racional de esta columna
Dario(17472)05 de agosto de 2021 - 05:42 a. m.
Quien los asesinó sabiendo que eran niños fue el Ejército, ¡¡eso debe quedar claro!!
Libardo(10892)05 de agosto de 2021 - 02:55 a. m.
Niños víctimas en principio, de un Estado negligente, de una sociedad excluyente. Servidos en bandeja a delincuentes de toda laya, incluída la guerrilla. El final, no por lógico, trágico, inaceptable y punible por parte de quién los mató. Lo demás es tapar el sol con los dedos.
CARLOS(jp9l6)05 de agosto de 2021 - 02:35 a. m.
El estado Colombiano mantenia el servicio militar obligatorio a partir de los 16 años, so pena de jamas poderse emplear sin haber prestado el servicio a la patria, igual mino el territorio rural, restringio el uso de vacunas y antiofidicos en las selvas, que era donde se necesitaban. Esto no era tambien crimen de guerra, guerra que desconocio por siempre. La JEP no perdona, juzga.
pedro(06204)05 de agosto de 2021 - 01:57 a. m.
Los pobres fanáticos comunistas, están ofendidos con el columnista, solo porque hizo una radiografía de como las víboras esas de las fart y demás fanáticos simpatizantes, se escurren,esconden, manipulan las leyes, recomendaciones de ongs, acuerdos de DDHH y cuanto escondedero encuentren para librarse de su responsabilidad, pues que pena, les dolió? pues de malas pero les dijeron la verdad
  • Dario(17472)05 de agosto de 2021 - 05:43 a. m.
    Como les duele a los paraquitos que finalmente se esté desenterrando la verdad de la guerra en el país
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