Al alcalde Moreno Rojas le ha ocurrido lo que a la mayoría de sus antecesores, en materia de transporte colectivo: que llegan resueltos a resolver el problema, pero una vez posesionados, se enfrentan a la realidad del núcleo de presión de negocios y política que siempre ha sido obstáculo para la ciudad en crecimiento.
Un metro como solución superior al Transmilenio fue el caballito de batalla que llevó al triunfo al candidato del Polo. Pero aún antes de posesionarse tuvo que admitir la realidad. Si Bogotá logró un sistema que ha sido ejemplo para muchas ciudades del resto del mundo, lo lógico es mejorarlo, no acabarlo cuando está en su etapa inicial y ha demostrado ampliamente sus ventajas.
El Transmilenio ha crecido bajo la misma presión de viejos transportadores que ponen la política al servicio de sus intereses. El alcalde Garzón hizo costosa propaganda a sus programas de transporte, y su final fue lamentable porque entregó una ciudad en un caos espantoso por la superpoblación de vehículos antiguos y contaminantes y por el exceso de huecos en toda la malla vial. Al alcalde Moreno le corresponde entrar a buscar nuevas formas de retirar los buses-chatarra y aliviar la mancha amarilla de los taxis sin paraderos fijos y desperdiciando gasolina.
Es buen momento para trazar una firme política de transporte, que no se limite al colectivo sino al buen estado de todas las calles y al aumento de la seguridad para proteger vidas humanas y equipos rodantes. Parece que al nuevo Concejo lo animan propósitos parecidos. El secreto está en que no se continúe bajo la presión superior de unos cuantos negociantes, sino en desarrollo de un firme programa administrativo que cubra con justicia todos los frentes. Por ejemplo, que funcionen equipos de alta preparación para el manejo de multitudes y el control de las gentes peligrosas como las que llevaron a la muerte a un joven que reclamó a los causantes del desaseo en uno de los portales.
Sin necesidad de aferrarse a consignas de su campaña, sino en revisarlas y actualizarlas para favorecer a todos los sectores de la población, el alcalde Samuel Moreno puede avanzar en soluciones nunca antes logradas.
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COLETILLA.- El 2008 está aprendiendo a caminar. Hay que ayudarlo para que no se estrelle y caiga en los huecos.
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