Veinte años después de la invasión de tropas norteamericanas en Irak, quizás la obra de arte que mejor capta el horror de esa guerra basada en mentiras es la serie titulada “Abu Ghraib” de Fernando Botero.
En mayo del 2004, mientras viajaba en un avión, el maestro abrió la revista The New Yorker y leyó el artículo de Seymour Hersh acerca de las torturas cometidas por guardias gringos a sus prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib. Furioso, Botero sacó un cuaderno y sus lápices de dibujo, y ahí mismo empezó a trazar los primeros bocetos de lo que, al cabo de 14 meses de trabajo obsesivo, terminaría siendo la...
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