Después de la posesión presidencial de Barack Obama en 2009, George W. Bush se esfumó del escenario político. No por apatía sino por respeto, pues él sabía que era indecoroso que el presidente saliente opinara sobre el entrante. Por eso, cuando la prensa le preguntó por su posición frente al nuevo gobierno, Bush respondió con una frase memorable: “El presidente Obama se merece mi silencio”.
Esa actitud marca un contraste con los expresidentes de Colombia. Como jefe de Estado, Bush fue funesto para EE. UU. y para el mundo. Pero su actitud como expresidente ha sido ejemplar. En cambio varios de nuestros expresidentes, salvo Belisario...
Conoce más
