Hay una gran diferencia entre ser y parecer, y si algo caracteriza al gobierno de Iván Duque es su obsesión por parecer y su desinterés casi criminal por ser. Es decir, hay un esfuerzo diario y sostenido, de parte del presidente, por aparentar fuerza, eficacia, intransigencia con la corrupción, apoyo a la paz y tolerancia con la oposición. Pero la triste verdad es que hay poco interés de ser cualquiera de esas cosas.
Claro: es más difícil ser que aparentar, porque para ser aquellas cosas se requieren éxitos claros y verificables. Como estos no existen, entonces hay que inflar su apariencia y acudir a la solidaridad de tribu, y hay...