Durante miles de años, y a pesar de las muchas diferencias que existían entre los artistas, todos compartían un mismo propósito esencial: crear belleza.
Más aún, los artistas del pasado sabían que ellos eran los responsables de crear la belleza de su tiempo. Por eso, al ingresar en cualquiera de los mejores museos del mundo, lo primero que impacta es el asombroso talento del ser humano para crear objetos bellos y sublimes, incluyendo joyas y vitrales, tallas y mármoles, ánforas y estampas, cuadros y retablos, urnas y sarcófagos, bronces y tapices.
Las dos guerras mundiales del siglo XX cambiaron esto para siempre. A partir de...
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