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Lo bueno, lo incierto y lo malo de Petro

Juan Carlos Botero
28 de octubre de 2022 - 05:30 a. m.

Entre tanta noticia y controversia que cada día se disputan los titulares en Colombia, es fácil olvidar lo importante. Y más cuando se intenta hacer un primer balance del Gobierno.

Pocos resaltan, por ejemplo, que el triunfo electoral de Gustavo Petro es, ante todo, el triunfo de un proceso de paz exitoso, el de Virgilio Barco de 1990. Este fue liderado con tacto y prudencia, y en medio de una violencia atroz, por Rafael Pardo, y el resultado fue la desmovilización de un grupo insurgente que se sometió a las reglas del sistema, y nuestra democracia salió fortalecida del proceso.

También hay que celebrar que no ganó la elección Rodolfo Hernández, el cantinflesco y cuestionado admirador de Hitler. Todo lo que él ha hecho en este tiempo es deplorable, empezando por cobrarle el dinero de la campaña a su fórmula vicepresidencial, que quizá sea un delito. Pensar que este fulano casi gana la Presidencia debido al pánico que tantos tenían ante el triunfo de Petro es aterrador. Pero nos falta autocrítica, porque no he visto al primer arrepentido que alce la mano y diga: Miren lo que casi nos pasa, y yo contribuí con mi voto a ese casi.

También vale aplaudir la madurez de nuestra democracia, porque se eligió a un exguerrillero sin ningún contratiempo. En cualquier país esto sería loable, pero en este lo es más. Muchos menosprecian nuestra democracia, pero cuando esta demuestra su solidez no lo celebran, y eso impide una justa apreciación del sistema, con todos sus defectos, claro, pero también con todas sus virtudes.

Emitir ahora un juicio inequívoco sobre el Gobierno sería prematuro, pero resalto lo siguiente: muchos critican a algunos ministros nombrados por el presidente. Pero esa misma gente olvida que otra posibilidad era que todos los ministros hubieran sido, en su opinión, desastrosos. Y no fue el caso. Y para adelantar la reforma agraria, Petro negoció la compra de tierra para el campesinado con su peor enemigo. Y dice algo de quienes temen que Petro sea un expropiador que esa compra tampoco se celebre.

El presidente fue elegido para hacer un cambio que el país pide a gritos. Pero aún prevalece la incertidumbre. Es necesaria la reforma tributaria, pero esta se sigue cocinando. Además, junto con la reforma tributaria lo que se necesita es justicia tributaria. Y junto con la reforma agraria se necesita una reforma urbana, como otros han dicho, porque la mayor parte de la población y de la pobreza hoy se concentran en las ciudades. Y el presidente debe señalar qué va a hacer al respecto.

¿Lo criticable del Gobierno? Aparte de las crisis por sucesos mundiales, como la inflación y la devaluación, otras han sido gratuitas y creadas por el mismo Gobierno. Quien desató la polémica sobre los hidrocarburos, si se van a explotar, prohibir o importar, fue el presidente. Comparar la coca con el petróleo, como lo hizo Petro en la ONU y que tantos aplaudieron, es falaz. Poner en riesgo la economía del país, cuando la mayor parte de nuestros ingresos dependen del sector petrolero, es temerario. Plantear el debate del decrecimiento, en Colombia, sobra. Y los trinos del presidente que generan tanta confusión también sobran.

Petro tiene lo necesario para articular el cambio y corregir los errores, que es tiempo. Pero el país, por desgracia, no tiene el mismo lujo.

@JuanCarBotero

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