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Elon Musk es fanático de muchos gobernantes de derecha a nivel mundial. Desde la elección de Javier Milei como presidente de Argentina se declaró su ferviente admirador. Así lo hizo en su momento con Bolsonaro y también con el primer ministro de la India Narendra Modi y con el presidente de Turquía Tayyip Erdogan. Además de la posible admiración política hay un claro interés comercial: generar buen ambiente para Tesla, Starlink y otros de sus negocios, lo cual se facilita aún más desde 2022 cuando Musk tomó el control de Twitter.
Además, de cambiarle el nombre y liberar al pajarito azul, Musk relajó las herramientas que tenía esa red social para evitar la manipulación de la información y la difusión de noticias falsas. Él mismo utiliza su red para influir nocivamente en el debate político en Estados Unidos, como sucedió con sus críticas infundadas al sistema electoral, en la misma línea que le interesa a Trump. Se teme que en las elecciones presidenciales de noviembre próximo Musk y X desorienten y confundan a los votantes, como lo hicieron Rupert Murdoch y Fox News.
Recientemente la Corte Suprema de Brasil acusó a Musk de adelantar campañas de desinformación y de utilizar su poder económico para influir ilegalmente en la opinión pública. También se ha trenzado en una ardua polémica con el primer ministro de Australia por la orden gubernamental de suprimir de X unos videos de violencia explicita. A diferencia de Zuckerberg y Meta que resolvieron estratégicamente apuntarle al autocontrol, Musk parece estar dispuesto a pelear con el mundo entero para hacer en X lo que le venga en gana.
Cuando Musk se tomó X se proclamó adalid de la libertad de expresión, pero, la verdad es que en muchos casos ha censurado cuentas y a periodistas usuarios de esa red social.
En fin; no deja de ser una paradoja que la plataforma digital que utiliza el presidente Petro para gobernar y debatir esté bajo el control de Elon Musk. Por lo pronto no parece tenerlo en la mira, pero, puede suceder que algún día al excéntrico multibillonario le dé por desconectarlo.
