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El primer episodio de Sesame Street (Plaza Sésamo en su versión en español) se emitió en noviembre de 1969 a través de PBS, la cadena pública de televisión de EE. UU. El programa es una leyenda en la historia de la televisión. Una de sus novedades fue ofrecer a la audiencia un mundo multicultural: mayores, niños y jóvenes, hispanos, asiáticos, afrodescendientes.
Los contenidos de PBS son un paradigma de la televisión pública, gracias a su calidad e independencia, ajena a los avatares de la competencia. Aun en medio de la avasalladora oferta de la televisión comercial y en la jungla digital, PBS tiene una inmensa aceptación en el público estadounidense. Infortunadamente, el futuro de esta cadena está en grave riesgo debido a una orden ejecutiva del presidente Trump que le quitó los fondos federales de los cuales depende su financiación en una considerable proporción. Se acusa a PBS de no ser imparcial en sus informativos y de malgastar los recursos públicos. La desaparición de esta cadena sería fatal para la democracia, la creatividad y, especialmente, para la audiencia infantil.
El modelo de la BBC es un ejemplo de que la televisión pública no puede depender de los recursos que buenamente quiera destinarle el gobierno. La BBC se financia con un impuesto que se instituyó en 1946 y deben pagar los usuarios por cada aparato receptor de televisión. El futuro de esta venerable institución se definirá en 2027 cuando vence la carta que establece su gobernanza.
El panorama de la televisión pública en Colombia es bastante sombrío debido a la injerencia del gobierno y a la ausencia de una política estatal que garantice su calidad e independencia y su financiación en el largo plazo. A nivel regional los canales públicos nunca lograron desligarse de los gobernadores y alcaldes de turno y de las dádivas del gobierno central. Cada cuatro años casi que es un volver a empezar al vaivén de la feria de contratos e intrigas políticas. A nivel nacional RTVC es un monumento al “unanimismo” informativo. Un apéndice de la presidencia de la República. Y la maña no se la inventó este gobierno, solo empeoró las mismas prácticas.
