Desde la caída del muro de Berlín en 1989 nada había estremecido tanto a la geopolítica mundial como el replanteamiento de EE. UU. de sus relaciones con Europa. Además de los gastos de defensa y los aranceles, la agenda de Trump incluye su oposición a la regulación de la Unión Europea (UE), lo cual es una gran noticia para las Big Tech.
Las normas de la UE referente a servicios y mercados digitales (DSA y DMA) tiene como objetivo proteger los derechos de los usuarios en el espacio digital y garantizar la competencia en esos mercados en aras de la innovación y el crecimiento. Este andamiaje normativo tendrá su prueba de fuego en la era Trump. En febrero pasado un memorando de la Casa Blanca advirtió que esa regulación será examinada cuidadosamente para defender la soberanía de las empresas estadounidenses.
Aunque parecía que las tensiones habían amainado, hace pocas semanas la Comisión Europea tomó determinaciones en contra de Google (relacionadas con su motor de búsqueda y el acceso a su tienda de aplicaciones) y de Apple (relacionadas con la interoperabilidad de accesorios y terminales de terceros). Además, se rumora en los pasillos comunitarios que se viene una cuantiosa sanción en contra de X bajo la acusación de que esta red social difunde y tolera contenidos ilícitos y desinformación. Por su parte Musk alega que se trata de un inadmisible acto de censura y de un ataque de las autoridades europeas a la libertad de expresión.
Antes de la posesión de Trump, Zuckerberg (Meta-Facebook) le solicitó al nuevo presidente que tomara medidas para evitar que la UE siguiera agobiando a las empresas de EE. UU. con multas que, según él, en las dos últimas décadas han ascendido a más de 30 mil millones de dólares.
Además de Trump, Javier Milei en Argentina y Narendra Modi en India han emprendido una cruzada en contra de la regulación y los nocivos efectos que puede tener sobre el empleo, la innovación y la generación de riqueza. En todo caso, más allá de coyunturales motivaciones ideológicas, sí es necesario replantear esta herramienta de intervención económica.
