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El muckraking es una forma de periodismo investigativo que nació en Estados Unidos a principios del siglo XX. Una de sus exponentes más ilustres fue Ida Tarbell, quien entre 1902 y 1904 documentó las practicas comerciales anticompetitivas de la Standard Oil Company, controlada por John D. Rockefeller. La publicación de su trabajo en la revista McClure’s tuvo tanta trascendencia, que en 1911 la Corte Suprema de EE. UU. ordenó el desmembramiento de esa compañía en 34 empresas.
Tarbell formaba parte de esos periodistas a los que el presidente Theodore Roosevelt se refería despectivamente como los muckrakers (removedores de estiércol), que sacaron a la luz pública muchas historias de corrupción política, explotación laboral y pillaje empresarial.
Décadas después, el periodismo investigativo en EE. UU. hizo cimbrar los cimientos del poder político como, en el caso de Watergate y de los papeles del Pentágono. Aun en las democracias más fuertes el poder Judicial no alcanza a llegar a los rincones más oscuros y si no fuera por las revelaciones de la prensa la impunidad sería absoluta.
La irrupción de las redes sociales tuvo un efecto devastador para el periodismo, por dos razones principalmente: la atomización de las audiencias y la dramática caída de la pauta publicitaria en los medios tradicionales. Se quiere creer que esta debacle es inevitable y es el simple resultado de las reglas bajo las cuales funciona el capitalismo. Sin embargo, si las plataformas tecnológicas han alcanzado tal poder de dominio y cada vez atrapan más la información y la opinión, es porque los gobiernos, legisladores y reguladores han sido torpes y débiles.
El público y los medios tradicionales tienen el deber de no claudicar. Es preocupante ver cómo casas periodísticas otrora respetables han caído en el juego pueril del amarillismo y el reporterismo banal. Ya pocos quieren remover el estiércol.
A propósito de información: la mayoría de los jóvenes que son usuarios compulsivos de las redes sociales no leen ni un libro al año y no han escrito jamás una página seria. Su norte intelectual son las “primeras tendencias”, los políticos incendiarios y los influencers de pacotilla. ¿Así van a ser los dirigentes del futuro?
@jcgomez_j
