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La semana pasada los apóstoles de la privacidad de la información en Estados Unidos perdieron otra batalla. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes -en la misma línea del Senado- aprobó derogar normas que protegen a los usuarios del uso indebido de sus datos por parte de las empresas de telecomunicaciones que rastrean y venden su información sin que ellos se enteren.
Esta decisión de los legisladores es otro golpe al legado de Obama y confirma que bajo la presidencia de Trump los derechos civiles en Estados Unidos se enfrentan a otras prioridades como la seguridad del Estado y los negocios. El próximo objetivo declarado del partido republicano es echar abajo las reglas de neutralidad de red -también de la cosecha de Obama- que obligan a no bloquear ni discriminar la información que cursa por internet. El propósito del nuevo gobierno es la desregulación de las telecomunicaciones, el paraíso con el que sueñan grandes corporaciones como Verizon, AT&T y Comcast y por lo que han pagado en Washington millones de dólares de lobby.
Estas nuevas realidades le imponen retos inmensos a los reguladores de otros países que como el nuestro van a la rueda de lo que sucede en Estados Unidos. Es evidente que internet rompió los paradigmas de la industria de telecomunicaciones y que ya no funcionan las reglas bajo las cuales nació la red. Los derechos de los ciudadanos y su bienestar se ven seriamente amenazados.
A propósito: el llamado vehemente del Fiscal General de la Nación en Colombia para que se puedan interceptar los mensajes de WhatsApp y Telegram es el mismo que hacen las autoridades de investigación de los países golpeados por el terrorismo, después de que el daño está hecho. Esas interceptaciones pueden ser una caja de pandora y aparte de ser casi irrealizables en la práctica, poco servirían para disminuir la corrupción y otros delitos en nuestro país. Surgen a diario aplicaciones que no son del dominio público y que le permiten a los delincuentes comunicarse sin ser rastreados oportunamente.
Definitivamente internet se ha vuelto un terreno hostil, muy lejos de la tierra prometida de la privacidad y la libertad de información.
@jcgomez_j
