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En la vida laboral nada se obtiene como un regalo, ni de manera gratuita, todo lo que logra sobresalir es siempre el producto del trabajo, de la disciplina, de la consistencia y obviamente del talento y la calidad humana.
La semana pasada recibí el reconocimiento de Leyenda el Dorado por parte de la Industria Creativa Publicitaria.
Toda una carrera, toda una vida.
Tantas personas con las que he cruzado caminos, tantas personas a quienes agradecer, desde los colegas, hasta los competidores, de quienes tanto he aprendido y con los cuales he podido también interactuar y compartir.
Pero hoy quiero enaltecer con estas palabras a tres grandes seres humanos, esenciales en mi trayectoria y desarrollo profesional. Ellos portan de manera muy especial todo mi respeto, mi admiración y cariño. Tal vez podría denominarlos al mismo tiempo como mentores, maestros y amigos.
Ellos son Michael Conrad, Miguel Ángel Furones y Chuck Brymer.
Tres grandes de nuestra Industria del marketing y la publicidad.
Michael fue el Chairman mundial de Leo Burnett y fue la persona que me llevó a trabajar a Estados Unidos. Un gran líder creativo que mezclaba la música y la cinematografía como poco.
Durante años fue el creador de grandes comerciales del Hombre Marlboro dirigidos por el gran Tony Scott, director de películas como Top Gun y True Romance.
De origen alemán, Michael me dio la mano, la oportunidad y el apoyo para llegar a las ligas internacionales. Fue fundador de la Escuela de Creatividad de Berlín
Miguel Ángel Furones, un ser humano contagioso por sus ganas de vivir, su curiosidad profunda y su generosidad desbordada. De raíces españolas, fue un gran escritor de pluma fina y gran sentido del humor. Marinero de corazón, dirigió la creatividad mundial de Leo Burnett. Escribió libros como El escritor de anuncios y de su mano hicimos un tándem creativo inolvidable de potentes resultados con marcas globales.
Lamentablemente, Miguel Ángel falleció debido al COVID, dos meses antes que apareciera la primera vacuna.
Chuck Brymer, un gran conciliador y motivador de equipos. Fue el CEO mundial de DDB.
Chuck fue la persona que me trajo de Chicago a Nueva York para darme luz verde para crear y comandar el sistema de DDB latina, uniendo los mercados de Estados Unidos, Latinoamérica y España.
Un líder que usaba la confianza en su equipo como su principal fortaleza, lo cual generaba aún más compromiso, dedicación y lealtad entre todos sus integrantes. Su libro Nature of Marketing es un gran ejemplo de liderazgo.
Trabajamos juntos una década con grandes resultados y satisfacciones profesionales de continuo crecimiento de negocio y reputación para llegar a convertirnos en la compañía más creativa del mundo en el festival de Cannes.
Para ellos tres, simplemente gracias.
Mi madre me enseñó a ser agradecido.
Y como hábito cotidiano, cada mañana doy las gracias por estar vivo y tener la fortuna de trabajar en algo que me apasiona y al lado de gente maravillosa de la cual no termino de aprender.
Más no se puede pedir.