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Mucho ruido

Juan David Ochoa
28 de enero de 2023 - 05:01 a. m.

El Ministerio de Minas y Energía sigue siendo el foco de atención desde que Irene Vélez, ministra a cargo del despacho donde el ruido parece cada vez más aturdidor, tomó posesión con comentarios efectistas y anuncios distópicos en una historia que ha girado alrededor del petróleo como un sustento incuestionable. Recientemente, la investigación de Caracol Radio sobre el reporte presentado por el ministerio en Davos daba cuenta de posibles alteraciones y un precario sustento técnico en las cifras sobre la suspensión del contrato de exploración y la independencia de hidrocarburos.

El ruido, como era de esperarse, alcanzó los niveles explosivos que los antecedentes del despacho ya habían dejado prever con la reverberación de otros escándalos: los roces nada diplomáticos con la viceministra Belizza Ruiz, quien renunció después de dejar clara su postura ante los contratos de exploración y ante la interpretación de los plazos que la ministra ha puesto como una bandera de corte para la transición energética. El Ministerio de Hacienda también ha entrado en la polémica y la ambigüedad al contradecir los anuncios sobre la interrupción de los contratos de gas y petróleo, y el desconcierto ha llegado a todas las instancias del shock.

La falla ya trasciende los comunicados extraños y nebulosos hasta dejar en evidencia una ausencia estructural de comunicaciones en un gabinete que ha iniciado la reconstrucción de los modelos tradicionales de gobernanza. Un error que siguen pagando caro ante la opinión pública con contradicciones absurdas y choques inauditos de interpretación, entregando toda una alacena reluciente de oportunidad a una oposición obtusa que solo ha trabajado en el arte de la injuria desde que perdieron todos los argumentos posibles para contrarrestar la urgencia de los cambios sociales que siempre despreciaron por el blindaje de los intereses bancarios que defendieron hasta el final, con la desvergüenza entre las llamaradas de un país al borde último del colapso.

Saben que ahora tendrán que concentrarse en los focos del ruido y del error, ya que los argumentos amplios no existen contra un Gobierno con seis meses de gestión. La oposición, liderada por el repetidor robotizado de consignas sin sustento, Miguel Uribe Turbay, y el interlocutor inválido Polo Polo, sigue azuzando la convocatoria a las marchas para el 14 de febrero. Siguen sin saber muy bien la razón, y siguen sin encontrar el argumento central de la convocatoria, pero les siguen entregando progresivamente el ruido que sale del Ministerio de Minas y Energía con toda la espectacularidad del bochorno. Mucho ruido entre el caos por el torpe intento de comunicar el futuro del sustento principal de la economía de Colombia.

 

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