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Paz sobre el pantano

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Juan David Ochoa
18 de marzo de 2023 - 02:02 a. m.
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Mientras el paro minero se extiende en el tiempo indefinido bajo humaredas y destrucción en el Bajo Cauca Antioqueño, y las sospechas de la infiltración del Clan del Golfo se incrementan entre el desconcierto de la región, los ideales de la Paz Total empiezan a chocar contra los muros diversificados de una realidad brutal, rudimentaria y abierta en las 32 regiones de un país en combustión desde que el tiempo es tiempo, y desde que el último acuerdo de paz explayó los efectos de las disidencias bajo el amparo y el negocio de la minería ilegal y el narcotráfico. El plan de una paz acordada con todos los frentes restantes de la violencia tiene la urgencia de una política social que solo puede cumplir con sus mandatos si el incendio general termina, pero las formas y las estrategias siguen empantanadas entre la logística de un proyecto mastodóntico que aun nadie entiende muy bien cómo podrá ajustarse entre los perfiles de los grupos armados que siguen dispersos y aprovechando los réditos silenciosos de la economía ilegal, al ritmo lento de la presencia Estatal que apenas intenta recobrar los territorios olvidados por una historia excluyente.

En Mesetas, 200 familias del ETCR (Espacios de capacitación y reincorporación) de Mariana Páez han denunciado amenazas de las disidencias del Estado Mayor Central al mando de alias “Iván Mordisco”. Su presencia en la región, dando ultimátum y campeando con la seguridad de su dominio, es una muestra flagrante del poder que siguen demostrando los grupos armados contra un Estado que entre propuestas mayúsculas de paz aún tiene el tiempo en contra para un proceso detallado y concreto que asegure el cumplimiento progresivo de los diálogos. La confirmación del inicio de la mesa de negociación no deja de ser un avance entre el pantanero general, pero los avances de la mesa alterna con Eln, aun sin cese bilateral y sin mayores noticias de pequeños acuerdos, son un indicio de la extensión y la alta complejidad de las negociaciones entre varios frentes, sin disposiciones ni políticas claras de los comandantes en cuestión, y sin intereses evidentes de los grupos disidentes para dejar las armas y el negocio rentable que sostienen en la selva. Gustavo Bolívar, alfil leal de las decisiones de Palacio, ha lanzado también su escepticismo ante el largo plazo de una Paz Total que se verá amenazada permanentemente por la rentabilidad del narcotráfico y los brillos de los cultivos custodiados por ejércitos que siguen la única orden de sus jefes sin política y sin norte.

La radicación del proyecto de sometimiento a la justicia, firmada el pasado miércoles por los ministros de Justicia y del Interior en el Congreso, le entrega nuevas luces a la posibilidad de sometimiento de miembros de los grupos armados. Un avance en la complejidad que requiere, al menos, mínimos soportes jurídicos para garantizar el desarme progresivo. Mientras tanto, el fiscal Barbosa lanza un nuevo torpedo al proyecto con frases pomposas de solemnidad institucional que nunca usó mientras la delincuencia campeaba entre los círculos cercanos del bunker. La Paz Total sigue su curso entre el pantano, el idealismo y las sospechas internas de traición sobre las brasas de un incendio general que no termina.

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juan(9371)18 de marzo de 2023 - 02:41 p. m.
Las potencias mundiales llegando a Marte y nosotros nada que podemos hacer presencia estatal en la periferia. No existen los satélites y otras formas de ver en tiempo real dónde están los armados y combatirlos ? No hay programas agropecuarios para recuperar al campesinado y darle desarrollo ? La plata que la pongan los países desarrollados que no controlan a sus adictos y si nos reclaman y amenazan con descertificar....
Atenas(06773)18 de marzo de 2023 - 02:24 p. m.
Dejo de leer, x ahora, en esta edición unas pocas columnas de sensata opinión y vuelvo con 8A a la sección de los bodrios, o meros relatos sin mayores datos, lo q’ se repite a c/rato hasta hacerse densos y pesados respecto de unos asuntos q’ son parte de los efectos o consecuencias de no ir a la raíz de esta problemática, tan obtusos son o se hacen: q’ no hay fuentes de empleo estables y seguras; y a quienes gustamos correr riesgos se nos espanta y asusta con retorcidas reformas d aviesos fines.
  • Carlos(71824)18 de marzo de 2023 - 09:36 p. m.
    Bandido asqueroso nazi.
Jorge(18765)18 de marzo de 2023 - 01:27 p. m.
Somos tan peleadores, irritables, ladrones, deshonestos? Nos aseguran que son los genes. Mentira. Es la forma que la derecha mafiosa y desvergonzada nos ha exprimido y educado. Todo lo corrompen.
Manuel(9808)18 de marzo de 2023 - 12:04 p. m.
Colombia en paz perdería su identidad, que, es lo mismo que decir, dejaría de ser Colombia. Colombia es un milagro de la incongruencia y el desorden, pero es la nación mía, es mi tierra y, por eso la adoro como a mi madre.
  • Felipe(94028)18 de marzo de 2023 - 10:21 p. m.
    Los nacionalismos han aportado grandes cosas a la humanidad, por ejemplo, dos guerras mundiales y van a por la tercera. El hecho aleatorio, casual, de haber nacido en un lugar no requiere de ningún mérito propio, no se eligen ni el país ni la familia. Decir que la incongruencia y el desorden son un milagro podría ser muestra de cinismo hasta meritorio, pero decir que se adora es penoso. Sigamos otros dos siglos con la soflama patriotera, que seguiremos igual de bien.
Luis(41091)18 de marzo de 2023 - 11:07 a. m.
Hablar de paz en Colombia es como mencionar la soga en la casa del ahorcado.
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