Ante la pregunta de la posible tributación de las iglesias en la nueva reforma, el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo ha respondido con seriedad pasmosa: “Las iglesias nunca han tributado y no van a tributar. Eso no es un problema”. Reafirmó, después, que en Colombia hay libertad de cultos, y ese sería un argumento suficiente, según su interpretación reduccionista del problema, para no incluirlas entre los sectores obligados a tributar. Parece más una respuesta pensada para consolidar la venia que debe hacerle el poder a la tradición inamovible y sagrada de un país parroquial que no puede desequilibrarse por ahora si el...
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