Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hace unos días se podía leer en un titular de este diario «Ahora tenemos mucha [sic] mayor responsabilidad». Se trataba de la declaración de un exfutbolista y ahora director técnico, y estaba, por lo tanto, entrecomillada (aunque en el cuerpo del texto no aparece la frase). Sin embargo, al tratarse de un yerro debió corregirse. Es error habitual en nuestros días, pero no por habitual deja de ser erróneo.
Tanto, cuanto, harto, poco y mucho cuando preceden a las palabras mayor o menor permanecen invariables. De manera que debe decirse «Ahora tenemos mucho mayor responsabilidad». Seguidas de más o de menos y de un sustantivo concuerdan con éste. Mucha más responsabilidad (o mucha menos responsabilidad) sería lo correcto, y no ‘mucho más responsabilidad’, como se lee hoy en tantos periódicos y libros.
Para comprender la lógica de la enmienda se puede invertir la oración. Responsabilidad mucho mayor tenemos ahora (y no ‘responsabilidad mucha mayor tenemos ahora’). En cambio en la frase ‘mucha más responsabilidad’ no es posible invertir el orden, de manera que el mucha se refiere a la responsabilidad.
Decía que es yerro común y hasta los escritores de nuestro tiempo incurren en él. Lo he visto en libros muy serios de grandes editoriales, en donde los textos pasan por varias revisiones de distintos correctores de estilo y hasta en gramáticas de nuestros días. Recuerdo que en una de sus gazaperas, la recordada columna que durante tantos años escribió Sófocles para El Espectador, erró dos veces en una misma columna en el ejemplo que proponía. Escribió «Quienes se emberracan pronuncian una eme en la primera sílaba con tanta mayor fuerza cuanta mayor sea la berraquera». Lo correcto es “[...] con tanto mayor fuerza cuanto mayor sea la berraquera”.
Así se lo hice saber y creo recordar que no le gustó la explicación. En todo caso, se puede consultar la gramática de Rufino José Cuervo, sus notables Apuntaciones críticas, pues allí está explicado este precepto. Alfredo Iriarte, estudioso de nuestra lengua, señaló también, en una columna de marras, el yerro frecuente y citaba la autoridad incontestable de Cuervo; sin duda uno de los más grandes gramáticos de nuestra lengua. La norma es sencilla y podemos construir las frases con corrección para que cuando hablemos o escribamos los errores sean mucho menores.
