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Sudán, una tragedia sin marchas ni banderas

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Juan Diego Soler
10 de octubre de 2025 - 05:05 a. m.
“Hay que hablar de El Fasher. Hay que hablar del sufrimiento de los civiles en Gaza, en Ucrania y en el Catatumbo”: Juan Diego Soler
“Hay que hablar de El Fasher. Hay que hablar del sufrimiento de los civiles en Gaza, en Ucrania y en el Catatumbo”: Juan Diego Soler
Foto: EFE - MARWAN MOHAMED
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El Fasher es la ciudad más grande en la región de Darfur al noreste de Sudán. En esa localidad se encontraban las caravanas comerciales que durante siglos conectaron a Darfur con Libia y Egipto. Sus cañadas inundadas en la temporada de lluvias y las fuentes de agua subterráneas convierten a sus alrededores en un lugar único para el pastoreo y la agricultura en medio del entorno semiárido del Sahel, la estratégica región entre el desierto del Sáhara y las sabanas sudanesas. Esa valiosa ciudad, en donde hacia 2009 se contaba medio millón de habitantes, se encuentra sitiada desde hace más de 18 meses por un cuerpo paramilitar opuesto al gobierno sudanés. Sin suficientes alimentos ni agua, los civiles atrapados en El Fasher son los protagonistas de una de las catástrofes humanitarias más graves de nuestros tiempos.

La República de Sudán ocupa un territorio casi tan grande como el de Colombia y Chile juntos. Después de su independencia del Imperio Británico en 1956, el poder se concentró en Jartum, su actual capital, dominada por las élites árabes del norte. El desarrollo se centró en el valle del río Nilo y Jartum, mientras que las regiones rurales y periféricas quedaron desatendidas. Es una historia familiar para un colombiano, pero en Sudán se encuentra agravada por conflictos de larga data entre los grupos étnicos y diversas religiones que conviven en su territorio.

El predominio de la identidad árabe-islámica en el gobierno provocó resentimiento entre los grupos no árabes y no musulmanes, especialmente en el sur y en Darfur. El control de los recursos naturales, especialmente el petróleo, la tierra y el agua, alimentaron las tensiones. Las regiones del sur, hoy la República de Sudán del Sur (independiente desde el 9 de julio de 2011), el oeste, Darfur, y el este, los estados de Mar Rojo y Kassala, se sintieron excluidas de la toma de decisiones políticas y del desarrollo nacional y se alzaron en armas, desencadenando los conflictos que desangrado a esa nación a lo largo de su corta historia.

El más reciente ciclo del conflicto en Sudán, en donde están los orígenes de la tragedia en El Fasher, inició a comienzos del siglo XXI, cuando movimientos rebeldes del sur de Sudán, predominantemente no árabe, lanzaron ataques contra las bases del ejército sudanés. El dictador Omar al-Bashir, al frente del gobierno de Sudán desde un golpe militar en 1989, declaró una guerra sin cuartel contra las milicias, apoyado por la milicia Janjaweed, predominantemente árabe. El conflicto produjo la muerte de cientos de miles de personas y el desplazamiento de muchas más. No cesó hasta 2020, cuando el gobierno que siguió al derrocamiento de Al Bashir firmó un acuerdo de paz en Juba, capital de Sudán del Sur.

El 15 de abril de 2023, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una fuerza paramilitar inicialmente al servicio del gobierno sudanés, creada tras la reactivación de las milicias Janjaweed, movilizó sus tropas en ciudades de todo Sudán, incluido Darfur. El conflicto entre el RSF y las Fuerzas Armadas de Sudán ha destruido infraestructuras críticas y ha desplazado a más de 10 millones de personas, tanto dentro del país como fuera de sus fronteras. Unos 18 millones de sudaneses pasan hambre, y cinco millones se encuentran al borde de la hambruna. El foco de la tragedia se concentra en El Fasher. “Si El Fasher cae, las RSF podrán completar el genocidio iniciado por los Janjaweed mediante la limpieza étnica de aquellos a los que aún no han desplazado o asesinado”, señalaba Nathaniel Raymond, investigador de derechos humanos de las Naciones Unidas a finales 2023. El mes pasado, se estimaba que 260 mil civiles estaban atrapados en El Fashir como consecuencia del asedio del RSF, y se enfrentaban a una grave escasez de alimentos. La crisis humanitaria en la ciudad continúa agravándose.

Hay que hablar de El Fasher. Hay que hablar del sufrimiento de los civiles en Gaza, en Ucrania y en el Catatumbo. Hay que intentar ver el mundo como es. Levantar una bandera es sencillo. Aprender es más difícil. Pero solo así tiene sentido rogar por la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, el valor para cambiar las cosas que podemos cambiar y la sabiduría para reconocer la diferencia.

Juan Diego Soler

Por Juan Diego Soler

Doctor en Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Toronto, Canadá. Investigador científico del Instituto de Astrofísica Espacial y Planetología en Roma, Italia. Autor de los libros “Relatos del confín del mundo (y el universo)” y “Lejos de casa”. Escribe sobre ciencia para El Espectador desde 2011.
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alexandrs Navarrete(m841l)11 de octubre de 2025 - 04:38 a. m.
Juan a su manera disimulada critica a Petrosky🤣. Con tantos conflictos en el el mundo no se puede ayudar😏. Cada nación es independiente y autónoma, claro, que la situación de Ucrania -rusia Israel -palestina dejan dudas de las autonomías de las naciones🤦🏽‍♀️. Ahí entraría la ONU, pero no tiene una renovación en la intervención en los conflictos internos y externos de los países. Entonces, qué queda por hacer nada ☹️.
  • Rodrigo E Ordonez(2908)11 de octubre de 2025 - 02:06 p. m.
    Lea bien. No se trata de ayudar. Se trata de aprender. Para no olvidar. Y es que Petro ha hecho mucho? Vaya al Cauca, vaya al Huila. Estámos, literalmente, peor que en Sudán.
Alberto Rincón Cerón(3788)11 de octubre de 2025 - 12:18 a. m.
Muy acertado. Gracias.
Mario Giraldo(196)10 de octubre de 2025 - 07:18 p. m.
Sencillo? yo no veo nada sencillo en levantar una bandera en la ONU y hablar de estas cosas en NY ha sabiendas que incomodan a poderosos. Requiere valor y determinación. Lo sencillo era no decir nada, o hacer un recuento historico al estilo wikipedia. Hoy se habla de cese al fuego en Gaza....Cada quien es libre de escoger las causas que apoya. Que banderas levanta ud y donde lo hace? Ese es el ejemplo de Petro.
Sergio Clavijo Ortiz(26354)10 de octubre de 2025 - 04:50 p. m.
No dijo nada de los paramilitares o mercenarios Colombianos que actúan en Sudan del Sur, intentando derrocar al gobierno, así como en Ucrania; todos sufragados por el imperio grigolandio y la UE. para intentar sostener allí su poder; imponer dictadores y robarse después los recursos naturales, de un país pobre que hasta ahora esta intentando quitarse de encima el imperialismo Europeo. Hace como 3 meses derribaron un avión repleto de mercenarios Colombianos. Vayan allá al "paraiso".
Lola Cortes(15127)10 de octubre de 2025 - 04:41 p. m.
Cómo se hace para detener esa guerra fratricida que no llama la atención de los medios. ¿Las guerras fratricidas no son importantes?
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