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El destino de Sudán

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Juan Felipe Carrillo Gáfaro
10 de enero de 2023 - 01:06 a. m.
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Desde nuestras latitudes, son contadas las noticias que llegan desde África. De vez en cuando nuestros diarios y noticieros comentan algo de lo que está pasando en este continente, pero cuando sucede, la información es tan breve que pasa desapercibida. Lo mismo ocurre desde África con América Latina y no deja de sorprender que, en un mundo tan digitalizado como el de hoy, exista tal nivel de desconexión. Lo que está pasando en muchos países de África debería ser contado en detalle para darse cuenta de lo que se vive en ese otro mundo: conflictos en plena ebullición donde todo puede pasar.

Sudán es el ejemplo perfecto de esta efervescencia. Y es que en menos de tres años, el país ha sido una frágil estructura de barro gobernada por militares. En 2019, los militares tomaron las riendas del país con la intención de asegurar una transición democrática, pero esta quedó en veremos cuando en 2021 un nuevo golpe militar anunció la disolución del gobierno de transición.

Desde entonces todo se fue prolongando hasta el 4 de julio de 2022. Ese día, el general al-Burhan, líder de la junta militar actual, anunció su intención de finalmente ceder el poder a la sociedad civil. Este anuncio ha causado revuelo y confusión. Las diferentes organizaciones que se han manifestado en contra de la dictadura actual no han encontrado la manera de ponerse de acuerdo y desconfían de las intenciones de al-Burhan. Se trata de una multiplicidad de personas, entre las que se destaca la participación de mujeres y jóvenes, que no han dejado de salir a la calle para manifestar y están intentando entender qué tan lejos se puede llegar en este nuevo intento de alcanzar la democracia.

Por desgracia, encontrarle una salida a este impasse político es apenas uno de los múltiples problemas que enfrenta el país. La dictadura ha traído consigo una inflación descontrolada; la guerra en Ucrania tiene a una cuarta parte de la población con hambre; y el cambio climático está provocando escasez de recursos. Esta escasez se traduce en conflictos tribales en regiones abandonadas a su propia suerte: la desafortunada y famosa región de Darfur donde los enfrentamientos entre grupos armados apoyados por la dictadura y grupos rebeldes ha provocado más de 3 millones de desplazados y 300 mil personas muertas, y los recientes enfrentamientos étnicos en la región del Nilo azul. Los discursos de odio entre tribus ha sido uno de los mayores detonantes de violencia en el este de África y Sudán está lejos de ser la excepción.

Aun así, las palabras de al-Burhan generan algo de ilusión no solo en la población, sino también en las organizaciones internacionales que están haciendo lo posible por apoyar esta transición. Por ejemplo, el comité permanente de cese al fuego en Darfur (Permanent Ceasefire Committee) liderado por la misión de las Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS) está haciendo un esfuerzo por hacer cumplir los acuerdos de paz de Juba firmados en octubre de 2020 entre las diferentes facciones armadas de la zona.

Está claro que en ese otro mundo aún queda mucho por contar y lo que suceda en las próximas semanas determinará el destino de uno de los países más grandes de África. El fortalecimiento de los procesos de mediación y diálogo a nivel político y entre las comunidades será una de las claves para que Sudán salga de este atolladero.

@jfcarrillog

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