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Quinceañeras y micromachismo

Juan Felipe Carrillo Gáfaro
08 de noviembre de 2022 - 06:45 p. m.

En días pasados se escribió mucho sobre la selección Colombia femenina sub-17. La tendencia, como era lógico, fue felicitar a las futbolistas valorando su esfuerzo y dedicación en la cancha. La gran mayoría de esos artículos y mensajes en redes sociales expresaron una intención real de apoyo y orgullo por haber llegado tan lejos en un deporte que en el fondo, por más que creamos en nuestro fútbol, siempre nos ha sido esquivo. Lo conseguido por esas deportistas, en el contexto de nuestra idiosincrasia deportiva, fue una verdadera gesta. Hasta ahí “todo bien, todo bien”.

Sin embargo, al leer entrelíneas algunas de esas noticias y analizando un poco más en detalle su contenido, se podría notar con cierta preocupación unas pinceladas de micromachismo que contradicen la euforia de tanta celebración. El micromachismo se define como aquellas actitudes o intenciones que esconden una aparente igualdad de género, pero que si se analizan en detalle, tienden a reproducir de manera sutil posturas machistas. Se trata por ejemplo de aquellos hombres que se toman días de vacaciones para estar con los hijos, pero que al final del día están esperando a que sus esposas lleguen de trabajar para que les sirvan la comida. Se trata por ejemplo de vanagloriarse de ser un promotor de la igualdad de género, pero seguir influenciando pequeñas decisiones de la vida cotidiana desde una perspectiva machista.

Aunque insisto que casi todos estos mensajes sobre las futbolistas van cargados de buenas intenciones, me dejaron algo inquieto algunas frases, como por ejemplo cuando en su columna Lorenzo Madrigal se refiere a estas deportistas como “quinceañeras hermosas”. El micromachismo está quizás en pensar que se trata de un simple halago y no de una ofensa, al menos en este contexto. Y como si se tratara del estribillo de un mal vallenato, esta expresión no suena bien en un mundo como el de hoy donde el papel de las mujeres en la sociedad no puede ser visto como un juego o un banal piropo.

Dudo mucho de que alguien decida dirigirse a una selección masculina sub-17 en términos de “quinceañeros hermosos”. Y como es evidente, acá no se trata de vanagloriar la belleza, sino la calidad futbolística de nuestras representantes, su entereza para jugar al fútbol, su capacidad para afrontar la adversidad en términos deportivos.

Este es un ejemplo concreto entre mucho otros. En Twitter, muchos usuarios se dedicaron a celebrar estos triunfos comparándolos con los de los hombres. Y pese a que en muchos casos la comparación buscaba hacerles ver a los futbolistas, en especial a la selección masculina de mayores, su falta de ganas y compromiso a la hora de jugar, quedaba en el aire un mensaje de lo frágiles que son las mujeres y de cómo ellas “sí pudieron” a pesar de esa fragilidad. Valorar el desempeño de esas deportistas desde una posición de debilidad y/o belleza las reduce a esa perversa imagen de toda la vida.

Paradójicamente, muchos de esos textos, en lugar de adular y colocar a estas futbolistas en el lugar que se merecen, las terminaron en algunos casos “pordebajeando” sin ni siquiera darse cuenta. El micromachismo está bien escondido y anclado en esta postmodernidad de género en la que vivimos y es importante ser consciente de lo que representa.

@jfcarrillog

 

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