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El ADN, o ácido desoxirribonucleico, es un instrumento de investigación judicial que revolucionó la forma de esclarecer los crímenes. Proporciona una herramienta precisa y confiable para identificar a los responsables. El proyecto de ley 138 de 2024 o ley Sofía, en honor a Sofía Delgado, víctima de un brutal asesinato, busca habilitar el uso del ADN en investigaciones judiciales. Es un avance trascendental en la justicia penal, porque permite identificar criminales, exonerar inocentes y proteger los derechos de las víctimas.
El ADN es una molécula que tiene la información genética única de cada individuo. Su uso en investigaciones judiciales permite comparar muestras recogidas en la escena del crimen con las de los sospechosos, lo que puede confirmar o descartar su participación en el delito. Esta tecnología demostró ser muy útil en casos de delitos sexuales y de violencia contra niños y mujeres, donde la evidencia biológica es crucial para la resolución del caso.
El proyecto de ley 138 de 2024 tiene como objetivo principal establecer un marco legal para el uso del ADN en investigaciones judiciales. No solo busca identificar a los criminales, sino también garantizar la protección de las víctimas y de los inocentes. La ley permitirá a las autoridades judiciales utilizar el ADN de manera más efectiva y asegurar que los culpables sean llevados ante la justicia y que las personas inocentes no sean injustamente acusadas.
En investigaciones sobre crímenes sexuales y de violencia contra niños y mujeres, el ADN es un factor determinante para la resolución exitosa de los casos. Son crímenes que dejan evidencia biológica que puede ser analizada para identificar al agresor. La capacidad de comparar esta evidencia con bases de datos de ADN acelera el proceso de identificación y captura de los responsables, mientras proporciona un sentido de justicia para las víctimas.
Además, el proyecto de ley incluye disposiciones para garantizar la protección de los derechos de las personas inocentes. Permitirá fortalecer institucionalmente las capacidades de la Fiscalía y de Medicina Legal. Esto es crucial, porque el uso indebido o la interpretación errónea de las pruebas de ADN puede llevar a condenas injustas. La ley crea procedimientos claros para recolectar, almacenar y analizar las muestras de ADN. Así se respetan los derechos de todas las personas involucradas en el proceso judicial.
Materializar esta ley también tiene consecuencias importantes para prevenir futuros delitos. Al crear una base de datos de ADN de criminales condenados, las autoridades pueden identificar patrones y conexiones entre diferentes casos, lo que previene nuevos delitos y facilita capturar delincuentes reincidentes. Esto es muy relevante en casos de delitos sexuales y de violencia, donde los agresores tienen un patrón de comportamiento repetitivo.
En conclusión, el proyecto de ley 138 de 2024 es un avance importantísimo en el uso del ADN como instrumento de investigación judicial. Su desarrollo y reglamentación no es una vergonzosa y farsante reacción de populismo punitivo, sino una herramienta real y científica para que criminales como el asesino de Sofía Delgado sean rápidamente condenados a las máximas penas posibles.

Por Juan Manuel Galán Pachón
