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La posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca para un segundo mandato presidencial es un escenario que tendría graves consecuencias no solo en Estados Unidos, sino para el mundo entero, especialmente América Latina y, de manera particular, Colombia. Los precedentes de su primer mandato y sus declaraciones recientes permiten anticipar un panorama sombrío en varios frentes críticos.
Trump ha sido claro en su postura antiinmigrante y en que su retorno al poder significaría la deportación de millones. La política de “tolerancia cero” que aplicó anteriormente resultó en la separación de familias y la detención masiva de individuos en condiciones inhumanas. Un segundo mandato podría intensificar estas medidas, causando un sufrimiento incalculable a los inmigrantes y sus familias.
Uno de los aspectos más alarmantes es la posibilidad de que Trump ordene el lanzamiento de misiles sobre los cárteles narcotraficantes mexicanos. Una acción que no solo sería una violación flagrante de la soberanía de México, sino que también podría desencadenar una escalada de violencia en la región, que afectaría directamente a Colombia. Además, el uso del ejército contra los “lunáticos de extrema izquierda” que, según él, gobiernan el Partido Demócrata, conduciría a una guerra civil en Estados Unidos.
En política exterior, Trump asumiría una postura aislacionista de potenciales gravísimas consecuencias para la seguridad mundial. Por ejemplo, la rendición de Ucrania, el colapso de la OTAN y la expansión de la guerra en el Medio Oriente.
En lo económico, Trump ha demostrado una tendencia a políticas proteccionistas que tendrían consecuencias negativas a nivel global. Su postura de imponer aranceles y recortes de impuestos a grandes corporaciones exacerbaría tensiones comerciales internacionales. En América Latina, economías dependientes del mercado estadounidense, como la de Colombia, podrían verse gravemente afectadas. Además, sus ataques a la independencia de la Reserva Federal desestabilizarían aún más los mercados financieros globales.
Uno de los mayores peligros de un segundo mandato de Trump es el daño permanente que podría causar a la democracia estadounidense y al estado de derecho. Su desprecio por las instituciones democráticas y su tendencia a gobernar por decreto representan una amenaza directa a la separación de poderes y al sistema de pesos y contra pesos. La posible erosión de estos principios fundamentales serviría de ejemplo negativo para otros países, incluidos los de América Latina. Curiosamente Trump llama a sus opositores políticos “el enemigo interno” con el que se debe lidiar usando las fuerzas militares. El riesgo de politización de instituciones como las fuerzas militares y la justicia es real. Esto no solo podría convertirlas en instrumentos de persecución política, sino minar la confianza de inversionistas.
Trump probablemente se rodearía de personas leales y radicalmente afines a su ideología, lo que incluiría figuras controvertidas con posturas extremas: un liderazgo autocrático que consolidaría políticas que contravienen los valores democráticos y los derechos humanos.
Un segundo mandato de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos tendría consecuencias profundas y potencialmente devastadoras para el mundo, América Latina y Colombia. Desde una política de inmigración draconiana, hasta acciones militares imprudentes y un manejo económico errático, los riesgos son múltiples y serios. Además, la erosión de la democracia y el estado de derecho en Estados Unidos podría tener repercusiones globales, socavando los esfuerzos por mantener la paz, la justicia y la prosperidad en todo el hemisferio occidental.
