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Juan Manuel Galán Pachón
23 de junio de 2025 - 05:05 a. m.
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Durante su visita a Colombia en 2017, el papa Francisco dejó varias enseñanzas que, ocho años después y ante la escalada violenta que padecemos, resuenan con toda la fuerza. Pocas tan urgentes como su llamado a “pasar del cumplimiento al compromiso”. Desde los Acuerdos de Paz solo hablamos de su “cumplimiento”, pero soslayamos el compromiso individual y colectivo que necesita el propósito de superar la violencia para materializarse.

El cumplimiento es cómodo. Nos permite decir que hicimos lo que se nos pidió, que no somos responsables directos de lo que ocurre más allá de nuestra burbuja. Es pagar impuestos, ir a votar, quejarse de la corrupción sin mover un dedo para enfrentarla. En cambio, el compromiso incomoda. Nos exige asumir responsabilidad, involucrarnos, hacernos cargo, cuestionar nuestras propias acciones y omisiones.

Avanzar hacia un compromiso con Colombia no significa ir hacia los lados que pretenden entrampar al país en una pelea estéril y destructiva. Se trata de que el país avance hacia adelante, mire al futuro y deje en el pasado a quienes tuvieron el poder y se dedicaron a dividirnos desde el odio. Es hora de dejar atrás a quienes perdieron la oportunidad de unirnos en un compromiso colectivo que construya soluciones para la gente e incluya a todos.

El compromiso es con los territorios abandonados por el Estado, donde el crimen organizado impone su ley. Con los niños que nacen sin nutrición ni afecto, con los jóvenes sin oportunidades de educación e ingreso digno que encuentran en las armas o las economías ilegales una condena a la muerte violenta. Comprometámonos con las comunidades que no saben lo que es un día de tranquilidad. Por eso, el mensaje del papa tiene una vigencia dolorosa pero necesaria: no basta con desear la paz o esperar que llegue, hay que asumir la responsabilidad de trabajar por ella.

Comprometerse es no tolerar discursos de odio o estigmatización, incluso cuando vienen de quienes piensan como nosotros. Es que la honestidad no sea un acto heroico que nos lleve a la muerte sino algo normal que nos premie con la vida. Es construir con la diferencia, incluso con quienes han sido adversarios. Implica asumir que la violencia no es un problema ajeno o lejano, sino que nos afecta a todos y, por tanto, su superación depende de todos.

Este tipo de compromiso no se impone por decreto ni amenazando con constituyentes. Se cultiva en la familia, en las escuelas, en los barrios y en los espacios de trabajo. Se nutre del ejemplo y se fortalece cuando se convierte en un valor compartido. No es tarea exclusiva del Estado ni de las organizaciones sociales ni de los líderes religiosos: nos toca a todos, a nosotros.

Tal vez por eso el mensaje del Papa fue tan poderoso. Porque no habló desde la política, sino desde la humanidad. Nos recordó que la reconciliación no empieza con tratados, sino con gestos. La paz no es solo la ausencia de guerra, sino la presencia activa de justicia, equidad y solidaridad.

Hoy, ocho años después, Colombia no necesita más reglas ni más promesas. Necesita ciudadanos comprometidos, dispuestos a construir desde lo pequeño. Esa es la verdadera revolución que el papa Francisco propuso: dejar atrás el cumplimiento pasivo para abrazar un compromiso transformador. Porque solo así, juntos, podremos desarmar la violencia que aún nos habita.

Juan Manuel Galán Pachón

Por Juan Manuel Galán Pachón

Político colombiano con estudios de pregrado en Ciencia Política, maestría en Política Internacional, ambos en el Instituto de Estudios Internacionales de Paris; y maestría en Relaciones Internacionales y Seguridad en la Universidad de Georgetown. Senador en tres periodos consecutivos de 2006 a 2018. Actualmente es el director del Nuevo Liberalismo
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William Alvarez(41808)24 de junio de 2025 - 05:07 p. m.
Avanzar hacia un compromiso con Colombia es lo que por 1° se está haciendo. De ahí que Petro no está dilapidando el poder popular, solo inicia el cambio abriendo camino. Y es que la democracia no se crea, se construye luego de derrotar al tenebroso régimen. Y al principio incluso con la misma estrategia de este: sobornando satrapas, comprando votos, amenazando con constituyentes e incumpliendo, para luego poder pechar eticamente de igual a igual por la ALTERNANZA Y PARIDAD EN LA GOBERNANZA.
CAMILITO(7137)24 de junio de 2025 - 12:03 a. m.
Seguro que su hermano alcalde es su inspiración y no el papa, pues le cumplió y se comprometió con Kiko Gómez en la guajira, cuando lo avaló siendo el directivo de cambio radical, para su candidatura a gobernador.
Mauricio Murcia(05056)23 de junio de 2025 - 07:30 p. m.
Por eso usted colaboró tanto uniéndose a rodolfo
Mario Giraldo(196)23 de junio de 2025 - 06:42 p. m.
Si, lo democratico y constitucional hubiera sido que lo dejaran gobernar, que BanRepublica apoyara su agenda económica y bajara las tasas de interés, que las cortes no pararan las reformas que salieron del congreso, que el congreso discutiera y aprobara reformas... eso hubiera demostrado su compromiso transformador.... pero hicieron la difícil.
Prospero Castro(12149)23 de junio de 2025 - 02:51 p. m.
Para Juan Manuel y sus hermanos les recomiendo leer la biografía y la vida de su padre Luis Carlos, un autentico demócrata que lucho contra los abusos del estado y la penetracion del narcotráfico en todos los sectores de la sociedad. Ninguno de los Galan le llega a los tobillos de este gran lider. El pueblo de Colombia no olvida la entrega de las banderas del liberalismo que Juan M. hizo a Gaviria quien termino colinchado con Pablo Escobar. Asi que Juan M. busque oficio ud no tiene credibilid
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