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¿Viene una ola autoritaria en América Latina?

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Juan Manuel Galán Pachón
30 de diciembre de 2024 - 05:05 a. m.
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Las últimas cifras reveladas por el Latinobarómetro desataron una oleada de preocupación entre los defensores de la democracia y los derechos humanos en América Latina. La encuesta, que abarca una muestra representativa en 17 países y se realiza desde 1995, destaca un aumento en la tolerancia hacia el autoritarismo, una tendencia que tendría gravísimas consecuencias para el futuro político de la región. “La mayor debilidad de la democracia latinoamericana es que cuatro de cada diez ciudadanos piensan que puede funcionar sin partidos políticos, congreso, u oposición” dice Marta Lagos, directora de Latinobarómetro. En Colombia por ejemplo, un bajísimo 23 % dice estar satisfecho con la democracia y un 48 % prefiere la democracia como forma de gobierno.

Según los datos, un número significativo de latinoamericanos no muestra mayor preocupación ante la posibilidad de vivir bajo un régimen autoritario. El 72 % piensa que su país está gobernado por grupos poderosos para su propio beneficio particular. En una región herida por la inequidad, el 76 % piensa que la distribución del ingreso es injusta. Lo esperanzador es que solo el 26 % dice que su sociedad necesita un cambio radical y 35 % piensa que puede mejorar con pequeños cambios. Eso sí, la mayoría rechaza el statu quo.

La confianza en las instituciones es muy baja. La iglesia católica goza de la confiabilidad más alta, aunque en uno de cada diez encuestados ha perdido credibilidad. En contraste, la confianza en la policía aumentó debido a la creciente demanda de seguridad. Sin embargo, el doble de los encuestados piensa que es la economía, por encima de la seguridad, el problema más grande en su país. Muchos ciudadanos perciben que los gobiernos democráticos no mejoran sus condiciones de vida ni proporcionan servicios básicos de manera efectiva. Esta percepción de ineficacia gubernamental abre la puerta a la nostalgia por un “hombre fuerte” que imponga orden y progreso, aunque sea a costa de las libertades individuales.

Además, la corrupción endémica y la impunidad socavaron la confianza en las instituciones democráticas. Cuando los ciudadanos ven que los actores políticos se enriquecen ilícitamente sin consecuencias, la tentación de buscar soluciones autoritarias se hace más fuerte.

Los medios de comunicación y el sistema educativo son determinantes para revertir esta dinámica. En muchos países latinoamericanos, los medios fueron cooptados por actores políticos o empresariales, lo que limita la diversidad de opiniones y la crítica al poder. Sin un periodismo libre e independiente que denuncie los abusos y defienda los valores democráticos, la población queda más vulnerable a mensajes populistas y autoritarios.

La educación cívica, histórica y política también quedó relegada en muchos sistemas educativos de la región. Sin una formación adecuada sobre los principios y valores democráticos, las nuevas generaciones desconocen los peligros del autoritarismo y los beneficios de la democracia. Esta falta de educación cívica contribuye a la aceptación pasiva de regímenes autoritarios.

La apatía hacia el autoritarismo no es un fenómeno inofensivo. La historia de América Latina nos enseña que los regímenes autoritarios traen violaciones masivas de derechos humanos, represión política y una ausencia de libertades fundamentales. La democracia, con todas sus imperfecciones, sigue siendo el sistema más capaz de garantizar la libertad y la dignidad de las personas. En palabras de Winston Churchill: “el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás”.

Juan Manuel Galán Pachón

Por Juan Manuel Galán Pachón

Político colombiano con estudios de pregrado en Ciencia Política, maestría en Política Internacional, ambos en el Instituto de Estudios Internacionales de Paris; y maestría en Relaciones Internacionales y Seguridad en la Universidad de Georgetown. Senador en tres periodos consecutivos de 2006 a 2018. Actualmente es el director del Nuevo Liberalismo
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Lalo(70277)31 de diciembre de 2024 - 02:19 a. m.
Cuántas veces y durante cuántos años hemos visto, oído y leído este sartal de lugares comunes, frases trilladas y admoniciones desgastadas, repetidas por mentes mediocres como la de este señor, que no hace honor al currículum ridículum que acompaña la columna.
Julio(32719)31 de diciembre de 2024 - 01:55 a. m.
Los tres poderes del estados colombianos, en un 95 por ciento, son unos delincuentes. Toda la vida hemos Sido gobernados por estos. Llega un presidente que quiere cambiar el rumbo del país para bien , y la delincuencia opositora no lo deja.
Jairo(07497)30 de diciembre de 2024 - 06:30 p. m.
Excelente columna. Muy precisa e informativa. Ojalá la gente la leyera sin tanto sesgo político.
  • José(64187)30 de diciembre de 2024 - 07:09 p. m.
    Jairoval, muy lambón!!
Sara(d89ha)30 de diciembre de 2024 - 06:00 p. m.
Los partidos políticos tradicionales corruptos por tradición y naturaleza han adoptado un comportamiento antidemocrático en pro de volver a hacerse al poder en aquellos países donde la izquierda progresista gobierna, sienten terror infinito a perder el poder y las jugosas ganancias de la corrupción y hasta del narcotráficio, de que sus jefes natos lleguen a ser juzgados. Ayuda a esto una justicia tibia y politizada. Inconcebible lo de politicos investigados fungiendo como magistrados/jueces.
rodrigo(82201)30 de diciembre de 2024 - 05:22 p. m.
Galancito igual que pachito con sus ma...
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