Petro, el caudillo delirante de las tarimas

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Juan Manuel Ospina
12 de mayo de 2022 - 05:00 a. m.
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Observando la muy activa campaña de Gustavo Petro, con el paso de los días entiendo mejor que esta tiene un solo centro: él, un caudillo solo en la tribuna embebido en un discurso largo, con aire pedagógico, dirigido a grandes multitudes. En esa circunstancia se expresa el alma de su proyecto, una unión sin intermediarios entre el caudillo mesiánico, solo en una tribuna, y una base social heterogénea pero representativa del país, que no lo cuestiona; en él ha depositado su confianza. Lo sigue porque es el jefe, su jefe, y lo hace con fe de carbonero en que de sus manos milagrosas llegará “el cambio”, indefinible e inasible pero reclamado a voz en cuello.

El suyo es un discurso “de inspiración” pronunciado por el caudillo en un clímax oratorio generado por su contacto con una ciudadanía variopinta que no reclama ser convencida sino entusiasmada, movilizada por el nuevo Mesías. Un discurso de ocasión, circunstancial pero efectista de acuerdo con el tema del día en las redes, o temático si es ante un público especializado. Un discurso con aire de manifiesto para la Historia, estructurado y adornado con toques eruditos, fuerte en la denuncia y con formulaciones de impacto pero finalmente etéreas, que dispara un poco para todas partes, de manera tal que “hay para todos los gustos”.

Son globos temáticos que impactan porque relumbran pero “no suman”, no totalizan; plenos de generalidades que de entrada pueden atraer pero que al pretender integrarlos literalmente se escapan por entre los dedos aunque, con su especificidad y su redondez aparente, logran darle a cada cual lo que quiere oír. Se trata indudablemente una estrategia de comunicación sofisticada para conseguir votos pero no para gobernar. No constituye una carta de navegación, pero qué importa, es una red atrapa votos; después se verá que se hace ante un verdadero tsunami de solicitudes, demandas y compromisos nacidos de una campaña “atrapa todo”.

Petro, por un lado, y la sombra de Uribe, por el otro, mantienen la política del país y el estado de ánimo de muchos colombianos enredados en la maraña de la vieja y superada guerra fría, que ya ni en la barbarie ucraniana tiene vigencia, de los que pregonan una supuesta amenaza comunista vestida de castrochavismo encarnada en Petro, bandera del muy debilitado uribismo. Y desde la otra orilla de una polarización vuelta exótica, se denuncia un capitalismo salvaje, corrupto y asesino, encarnado este en Álvaro Uribe.

Un anacronismo más de los que se han dado a lo largo de la historia del país “de la penúltima moda”, que ha empobrecido la política en un momento en que Colombia necesita política nueva, moderna y abierta a un mundo de crisis y de cambios, de dolor pero también de esperanza, en momentos en que nuestra realidad nacional está corroída por la crisis de credibilidad, y crecientemente de legitimidad, de la política y de la dirigencia, a la par que es asediada por el narcotráfico y por una corrupción variopinta: contrabando, contratación pública, apropiación de rentas y bienes públicos, que deslegitiman al Estado y prostituyen a la dirigencia.

Y en el horizonte aparece la última y más terrible amenaza, a saber, que esta gran criminalidad, llamada Clan del Golfo, disidencias de las Farc, La Cordillera, paracos o simplemente corruptos y hasta asesinos a secas, coopte el debate y los espacios políticos, y que la mencionada polarización de tiempos de la guerra fría nos impida ver y comprender ese que es el hoy el tema de fondo.

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Jorge(66737)14 de mayo de 2022 - 03:02 a. m.
El Sr. Opina debería estudiar un poco de la historia de Colombia y la de su padre y su legado. Un camino regado con sangre, crímenes y miseria. Pero se le disculpa, ese tenebroso pasado familiar se reprime y se confunde entre el olvido y la ignorancia.
Ricardo(52183)13 de mayo de 2022 - 10:02 p. m.
Y entonces a quien propone? A Enrique Gómez para que resuelva estas desigualdades. Es de su partidos.
Fernando(57223)13 de mayo de 2022 - 12:52 p. m.
Ese mamarracho del Petardo Petro Corrompido, es una basura, que no puede llegar a dirigir los destinos de Colombia. Sería una desgracia. No mas porquerías comunistas en el poder. Ya gobernó en Bogotá y sus resultados fueron desastrosos. No mas Petardos Petro. !!!!
Pablo(42948)13 de mayo de 2022 - 05:58 a. m.
A la godaria les duele reconocer que Petro es un líder preparado, inteligente, que sea hecho solo, que el único cargo desempeñado fue por voluntad del pueblo, no ha Sido lagarto como los godos que. Venden su conciencia al mejor postor y con ojo de águila para volverse ricos con los dineros públicos. Da pena oír al candidato de la oficina de Envigado, cuando habla mehace acordar de POPEYE. Matón.
  • Mery(68206)13 de mayo de 2022 - 12:51 p. m.
    De acuerdo, el fulano amigo de la oficina de Envigado, no solo tiene una forma de hablar como popeye el lamentado por Zapateiro el Idi Amin, sino que da grima como decian las abuelas, su vestimenta, presentacion personal y lo peor, su lenguaje, la escasez de conocimientos que a cada pregunta tiene que mirar el celular sobre una respuesta desde alguien, porque es mas incapaz que Duque .
CARLOS(30185)13 de mayo de 2022 - 03:44 a. m.
Dr Juan Manuel recuerde sus ancestros, ellos nos han legado esto que padecemos hoy, no fue su padre el que entregó al nefasto Laureano el poder y la desgraciada violencia que azotó nuestro pueblo y bañó en sangre a Colombia, llenando las ciudades y campos de viudas y huérfanos, desplazamientos y miseria, entonces más bien quédese callado porque ni su futura generación dormirán tranquilos .
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