Ayer me robaron el celular y, como era de esperarse, lograr reemplazar el teléfono fue un maravilloso viacrucis atravesado por el fabuloso mundo de las cláusulas contractuales.
Haciendo las vueltas para volver a tener el imprescindible aparato terminé convencido de que el concepto de servicio al cliente de las empresas de telefonía móvil no tiene nada que envidiarle al de los bancos. Ambos son lentos, incómodos y parten de la premisa de que uno es un delincuente y los quiere engañar.
Igual pasa con aquello de los costos.
En el caso de los bancos, es bien sabido que le cobran a uno por sacar plata, por guardar plata, por mover plata, por dejar la plata quieta, etc. En el mundo de los celulares la cosa no es diferente: terminé pagando una fortuna y no precisamente por el nuevo equipo celular, sino por una ‘compensación’ a la que estaba comprometido por cuenta del contrato que había firmado. En resumidas cuentas, me tocó darles plata porque me robaron el teléfono. Tan lindos.
Esas son las tales cláusulas contractuales que un congresista quiere hacer desaparecer, pero que las compañías de telefonía móvil insisten en mantener a punta de lobby en el Congreso. No más esta semana un diligente ejecutivo del universo de la telefonía celular se paseaba orondo por los pasillos del congreso convenciendo a los parlamentarios de lo inconveniente que resultaba acabar con las cláusulas de permanencia incluidas en los contratos. Quién sabe qué argumentos usaría para convencerlos.
No sé por qué le temen tanto a tener que levantar esas cláusulas. ¿Acaso no se sienten capaces de retener un cliente si no es a la fuerza? Eso es como si en plena ceremonia matrimonial el sacerdote dijera: “este matrimonio tendrá una validez mínima de dos años prorrogables, de lo contrario corren las sanciones de ley...” ¡Hágame el favor! Si yo firmo un contrato con una empresa es con la esperanza de que dure. Pero como las empresas de celulares hacen su mejor esfuerzo por ofrecer el peor de los servicios es apenas lógico que la gente quiera salir corriendo.
¿Quieren que la gente se quede dos años o más haciendo uso de su plataforma? ¡Gánense a los clientes! ¡Ofrezcan buen servicio y calidad!
#PreguntaSuelta: ¿Por qué fueron tan pobres las manifestaciones LGBT el día en que le daban luz verde a la unión de parejas del mismo sexo?
@colombiascopio
Ayer me robaron el celular y, como era de esperarse, lograr reemplazar el teléfono fue un maravilloso viacrucis atravesado por el fabuloso mundo de las cláusulas contractuales.
Haciendo las vueltas para volver a tener el imprescindible aparato terminé convencido de que el concepto de servicio al cliente de las empresas de telefonía móvil no tiene nada que envidiarle al de los bancos. Ambos son lentos, incómodos y parten de la premisa de que uno es un delincuente y los quiere engañar.
Igual pasa con aquello de los costos.
En el caso de los bancos, es bien sabido que le cobran a uno por sacar plata, por guardar plata, por mover plata, por dejar la plata quieta, etc. En el mundo de los celulares la cosa no es diferente: terminé pagando una fortuna y no precisamente por el nuevo equipo celular, sino por una ‘compensación’ a la que estaba comprometido por cuenta del contrato que había firmado. En resumidas cuentas, me tocó darles plata porque me robaron el teléfono. Tan lindos.
Esas son las tales cláusulas contractuales que un congresista quiere hacer desaparecer, pero que las compañías de telefonía móvil insisten en mantener a punta de lobby en el Congreso. No más esta semana un diligente ejecutivo del universo de la telefonía celular se paseaba orondo por los pasillos del congreso convenciendo a los parlamentarios de lo inconveniente que resultaba acabar con las cláusulas de permanencia incluidas en los contratos. Quién sabe qué argumentos usaría para convencerlos.
No sé por qué le temen tanto a tener que levantar esas cláusulas. ¿Acaso no se sienten capaces de retener un cliente si no es a la fuerza? Eso es como si en plena ceremonia matrimonial el sacerdote dijera: “este matrimonio tendrá una validez mínima de dos años prorrogables, de lo contrario corren las sanciones de ley...” ¡Hágame el favor! Si yo firmo un contrato con una empresa es con la esperanza de que dure. Pero como las empresas de celulares hacen su mejor esfuerzo por ofrecer el peor de los servicios es apenas lógico que la gente quiera salir corriendo.
¿Quieren que la gente se quede dos años o más haciendo uso de su plataforma? ¡Gánense a los clientes! ¡Ofrezcan buen servicio y calidad!
#PreguntaSuelta: ¿Por qué fueron tan pobres las manifestaciones LGBT el día en que le daban luz verde a la unión de parejas del mismo sexo?
@colombiascopio