LA REUNIÓN DE NACIONES UNIDAS (ONU) en Copenhague incluyó la COP15, o decimoquinta conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (CC), y la quinta conferencia de las partes sobre el Acuerdo del Protocolo de Kioto (COP/MOP 5), y reunió a los políticos y a los cuerpos técnicos que acompañan ambos procesos.
Esto, sumado a la movilización de 115 jefes de Estado y de más de 40.000 personas registradas, explica la expectativa que se generó de que en Dinamarca se llegaría a un acuerdo legalmente vinculante para enfrentar el CC. Sin embargo, dicho objetivo no se logró.
¿Qué se acordó? 1) Que el CC es el principal reto de nuestros tiempos y se enfatizó el compromiso político de actuar para combatirlo basados en el principio de responsabilidad común, pero diferenciada y acorde con las posibilidades de cada uno; 2) La necesidad urgente de disminuir las emisiones según lo recomienda el panel asesor de la ONU y buscar limitar el incremento de temperatura a menos de dos grados centígrados; 3) El rol crucial que la reducción de la deforestación y degradación de los bosques (REDD) tiene para el CC y la importancia de valorizar los bosques activando mecanismos de incentivos económicos para transferencia de recursos a los países en desarrollo que conserven sus bosques; 4) El compromiso de los países desarrollados de transferir US$30 mil millones entre 2010 y 2012 para apoyar medidas de mitigación y adaptación al CC y de asegurar que desde 2020 se asignen US$100 mil millones anuales de apoyo a los países en desarrollo para enfrentar el CC y la creación de un comité de alto nivel con la supervisión de la COP para asegurar la transferencia de estos fondos; 5) La creación del Fondo Verde de Copenhague para el Clima como mecanismo financiero que apoyará los proyectos, programas, políticas y otras actividades de la COP en los países en desarrollo en temas tales como REDD, adaptación, creación de capacidades y transferencia, y adopción de tecnologías.
¿Qué faltó? Estados Unidos no se comprometió con nada, en espera de ver cómo evolucionan las discusiones internas en su Congreso; no suscribió Kioto ni impulsó ningún otro acuerdo que genere compromisos legalmente vinculantes. Estados Unidos sólo se comprometió con aportes para adaptación y mitigación en los años venideros, que son una tercera parte de lo que la Unión Europea aportará para ese mismo período y propósito. Las economías emergentes aceptaron una verificación internacional de sus emisiones, pero sin comprometerse a límites definidos. La Unión Europea sigue presionando por compromisos mayores y legalmente establecidos, pero el documento resultado de la cumbre es sólo un acuerdo político que manifiesta voluntades.
¿Qué sigue? Los acuerdos de Dinamarca deben ser ratificados por los países y las negociaciones continúan; la próxima reunión será en junio en Alemania y luego en México, la COP16, en diciembre de este año. Seguirán las discusiones sobre pos-Kioto y, por ello, el ánimo de Estados Unidos de evadir su responsabilidad, volverá a ponerse en la mira. Si la Unión Europea no quiere depender pasivamente de los avances que se den en la legislación interna de Estados Unidos tendrá que proponer medidas económicas de exclusión en los próximos Foros Económicos del G20 y G8. Es el momento para que el mundo entero ejerza presión económica y restricciones al comercio con los dos mayores emisores, Estados Unidos y China, si no hay compromisos serios sobre CC. Colombia debe prepararse para participar activamente en el proceso.
LA REUNIÓN DE NACIONES UNIDAS (ONU) en Copenhague incluyó la COP15, o decimoquinta conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (CC), y la quinta conferencia de las partes sobre el Acuerdo del Protocolo de Kioto (COP/MOP 5), y reunió a los políticos y a los cuerpos técnicos que acompañan ambos procesos.
Esto, sumado a la movilización de 115 jefes de Estado y de más de 40.000 personas registradas, explica la expectativa que se generó de que en Dinamarca se llegaría a un acuerdo legalmente vinculante para enfrentar el CC. Sin embargo, dicho objetivo no se logró.
¿Qué se acordó? 1) Que el CC es el principal reto de nuestros tiempos y se enfatizó el compromiso político de actuar para combatirlo basados en el principio de responsabilidad común, pero diferenciada y acorde con las posibilidades de cada uno; 2) La necesidad urgente de disminuir las emisiones según lo recomienda el panel asesor de la ONU y buscar limitar el incremento de temperatura a menos de dos grados centígrados; 3) El rol crucial que la reducción de la deforestación y degradación de los bosques (REDD) tiene para el CC y la importancia de valorizar los bosques activando mecanismos de incentivos económicos para transferencia de recursos a los países en desarrollo que conserven sus bosques; 4) El compromiso de los países desarrollados de transferir US$30 mil millones entre 2010 y 2012 para apoyar medidas de mitigación y adaptación al CC y de asegurar que desde 2020 se asignen US$100 mil millones anuales de apoyo a los países en desarrollo para enfrentar el CC y la creación de un comité de alto nivel con la supervisión de la COP para asegurar la transferencia de estos fondos; 5) La creación del Fondo Verde de Copenhague para el Clima como mecanismo financiero que apoyará los proyectos, programas, políticas y otras actividades de la COP en los países en desarrollo en temas tales como REDD, adaptación, creación de capacidades y transferencia, y adopción de tecnologías.
¿Qué faltó? Estados Unidos no se comprometió con nada, en espera de ver cómo evolucionan las discusiones internas en su Congreso; no suscribió Kioto ni impulsó ningún otro acuerdo que genere compromisos legalmente vinculantes. Estados Unidos sólo se comprometió con aportes para adaptación y mitigación en los años venideros, que son una tercera parte de lo que la Unión Europea aportará para ese mismo período y propósito. Las economías emergentes aceptaron una verificación internacional de sus emisiones, pero sin comprometerse a límites definidos. La Unión Europea sigue presionando por compromisos mayores y legalmente establecidos, pero el documento resultado de la cumbre es sólo un acuerdo político que manifiesta voluntades.
¿Qué sigue? Los acuerdos de Dinamarca deben ser ratificados por los países y las negociaciones continúan; la próxima reunión será en junio en Alemania y luego en México, la COP16, en diciembre de este año. Seguirán las discusiones sobre pos-Kioto y, por ello, el ánimo de Estados Unidos de evadir su responsabilidad, volverá a ponerse en la mira. Si la Unión Europea no quiere depender pasivamente de los avances que se den en la legislación interna de Estados Unidos tendrá que proponer medidas económicas de exclusión en los próximos Foros Económicos del G20 y G8. Es el momento para que el mundo entero ejerza presión económica y restricciones al comercio con los dos mayores emisores, Estados Unidos y China, si no hay compromisos serios sobre CC. Colombia debe prepararse para participar activamente en el proceso.