Bajémonos del sueño del automóvil particular

Lo mejor será que los habitantes de Bogotá, nos traslademos a vivir a Londres, conoceremos el Metro y podremos desplazarnos sin usar el carro particular.

Juan Pablo, muy loables sus deseos del transporte, pero con sistemas de transporte público tan malos, el automóvil particular seguirá siendo una buena alternativa. Tomo su ejemplo sobre Londres, que casi no usan vehículos particulares. Pero es que Londres tiene 402 km en su metro (el tercero más grande del mundo, sólo superado por Shanghai y Pekín) y 270 estaciones. En Colombia, sólo Medellín tiene metro, y este sólo tiene 34.5 km (sólo el 8.58 % del de Londres) y 27 estaciones. Así no se puede.

Este es un análisis interesante y una reflexión que considero apropiado para esta época, en el orden de las políticas públicas además de incentivar el uso del transporte público, así como desincentivar el privado, no solo se requiere aumentar impuestos o mejorar las vías; es prioritario mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía con hechos reales, porque es cierto que es mas seguro transportarse en automóvil que en otro tipo de vehículo no protegido, a las latas no les entra el puñal

Clasista el concepto del columnista. Solo los que puedan pagar, gente rica, utilizará la infraestructura de transporte, las vías, construida con recursos de TODA la sociedad. No es democrático. El auto particular brinda sensación de libertad y estatus en nuestra sociedad. Es una verdad incontrovertible, así a la intelectualidad no le guste. Entonces, la solución es simple: construir vías y vias y más ornamento urbano. Y dejar la rodadura como en Bogotá lo hicieron los alcaldes de izquierda

Teóricamente es un mensaje positivo para la descontaminación del planeta, sin embargo me parece que la realidad que se vive en muchos países del mundo incluido Colombia es que el transporte público es inoperante e ineficaz, sobre todo se nota aquí en Colombia donde las personas que lo utilizan sufren un viacrucis diario en sus traslados a los sitios de trabajo o a sus diligencias personales por diferentes motivos. Un impuesto y restricción a la movilidad beneficia sólo al adinerado .