EN LOS ORÍGENES DE LA ERA INDUStrial el desarrollo de los centros urbanos obedeció a procesos de concentración de capital que estuvieron ligados a la producción manufacturera. Luego, tomó fuerza la planificación urbana y territorial que desplazó las industrias contaminantes fuera de los centros urbanos.
En la segunda mitad del siglo pasado las grandes ciudades de los países de alto ingreso per cápita dejaron de ser centros de producción manufacturera y pasaron a ser centros financieros y de comunicaciones. Las economías de escala asociadas con la concentración poblacional siguieron operando para la distribución de bienes y servicios. Sólo en los llamados países emergentes, como Brasil, México, Colombia, China o India, se siguieron ordenando los centros urbanos en torno a la producción industrial y al consumo masivo. La valorización del suelo urbano en los países desarrollados se relaciona con variables de calidad de vida, que incluye zonas verdes, calidad del aire y esparcimiento urbano, pero en nuestros países aún se urbaniza en torno al parque industrial.
Hoy China y Corea son los mejores ejemplos de que desarrollo productivo y capacidad de consumo no necesariamente significan mejor calidad de vida.
Aun cuando la planificación urbana en una ciudad de rápido crecimiento como Bogotá es muy difícil, existe una propuesta viable de planeación territorial para la conservación y uso del espacio público que debemos conocer y apoyar, el llamado Plan Director Corredor Ecológico y Recreativo de los Cerros Orientales. Propuesta que tuvo su origen en la Oficina de Planeación del Distrito en la Alcaldía pasada y que en este momento dilata su ejecución por la incertidumbre respecto a quién corresponde el manejo de los cerros orientales, lo cual depende de un fallo aún pendiente del Consejo de Estado que definirá si es a la Alcaldía Mayor o a la CAR. Cualquiera que sea la entidad responsable, lo importante es que la propuesta se ejecute, pues no podemos seguir dando la espalda a los cerros que son capital natural y social.
El Plan Director pretende la recuperación y conservación de los valores biofísicos, culturales y escénicos. Se propone la consolidación de cerca de 500 hectáreas para el uso y bienestar común que incluye como punto de partida un gran pacto social para la defensa de los cerros como espacio común; un camino de borde que señale físicamente el límite de la expansión urbana sobre los cerros y que sirva como espacio para el esparcimiento y de acceso a varios miradores que con una liviana infraestructura apoyará la educación ambiental; y también se plantea la recuperación ecológica de los cerros orientales. Todo con participación activa de las comunidades que rodean la reserva.
La propuesta se puede consultar en www.cerrosdebogota.org, aún falta que la administración actual la asuma, que se adelante un amplio proceso de consulta y que entre la CAR y la Alcaldía se pongan de acuerdo para definir quién y dónde se realizarán los trabajos y las tareas de conservación y manejo.
EN LOS ORÍGENES DE LA ERA INDUStrial el desarrollo de los centros urbanos obedeció a procesos de concentración de capital que estuvieron ligados a la producción manufacturera. Luego, tomó fuerza la planificación urbana y territorial que desplazó las industrias contaminantes fuera de los centros urbanos.
En la segunda mitad del siglo pasado las grandes ciudades de los países de alto ingreso per cápita dejaron de ser centros de producción manufacturera y pasaron a ser centros financieros y de comunicaciones. Las economías de escala asociadas con la concentración poblacional siguieron operando para la distribución de bienes y servicios. Sólo en los llamados países emergentes, como Brasil, México, Colombia, China o India, se siguieron ordenando los centros urbanos en torno a la producción industrial y al consumo masivo. La valorización del suelo urbano en los países desarrollados se relaciona con variables de calidad de vida, que incluye zonas verdes, calidad del aire y esparcimiento urbano, pero en nuestros países aún se urbaniza en torno al parque industrial.
Hoy China y Corea son los mejores ejemplos de que desarrollo productivo y capacidad de consumo no necesariamente significan mejor calidad de vida.
Aun cuando la planificación urbana en una ciudad de rápido crecimiento como Bogotá es muy difícil, existe una propuesta viable de planeación territorial para la conservación y uso del espacio público que debemos conocer y apoyar, el llamado Plan Director Corredor Ecológico y Recreativo de los Cerros Orientales. Propuesta que tuvo su origen en la Oficina de Planeación del Distrito en la Alcaldía pasada y que en este momento dilata su ejecución por la incertidumbre respecto a quién corresponde el manejo de los cerros orientales, lo cual depende de un fallo aún pendiente del Consejo de Estado que definirá si es a la Alcaldía Mayor o a la CAR. Cualquiera que sea la entidad responsable, lo importante es que la propuesta se ejecute, pues no podemos seguir dando la espalda a los cerros que son capital natural y social.
El Plan Director pretende la recuperación y conservación de los valores biofísicos, culturales y escénicos. Se propone la consolidación de cerca de 500 hectáreas para el uso y bienestar común que incluye como punto de partida un gran pacto social para la defensa de los cerros como espacio común; un camino de borde que señale físicamente el límite de la expansión urbana sobre los cerros y que sirva como espacio para el esparcimiento y de acceso a varios miradores que con una liviana infraestructura apoyará la educación ambiental; y también se plantea la recuperación ecológica de los cerros orientales. Todo con participación activa de las comunidades que rodean la reserva.
La propuesta se puede consultar en www.cerrosdebogota.org, aún falta que la administración actual la asuma, que se adelante un amplio proceso de consulta y que entre la CAR y la Alcaldía se pongan de acuerdo para definir quién y dónde se realizarán los trabajos y las tareas de conservación y manejo.