Revés ambiental tributario

Juan Pablo Ruiz Soto
07 de noviembre de 2018 - 05:00 a. m.

El tímido ambientalismo de Santos parece superar el programa de Duque, ¿o será que Cárdenas es más contemporáneo en su pensamiento ambiental que Carrasquilla y tiene más clara la relación entre ambiente sano, salud pública y ahorro de recursos públicos? La prevención, mediante una mejor calidad de aire, genera ahorro en tratamiento de enfermedades respiratorias.

La propuesta de subir los impuestos a la venta de vehículos con motores eléctricos va en contravía de la tendencia global. La Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta cifras alarmantes respecto a los efectos negativos de la contaminación atmosférica y señala que anualmente mueren 4,2 millones de personas por contaminación del aire en espacios abiertos, especialmente en zonas urbanas. Los más nocivos son los motores y plantas movidos por energía fósil, especialmente por diésel y carbón.

En los países productores de autos, buses y motocicletas hay subsidios para que los productores migren de la producción de motores movidos con combustible fósil a motores eléctricos, e incentivos tributarios para que el consumidor se mueva hacia el consumo de motores eléctricos. En China, ante los graves efectos a la salud generados por la contaminación del aire urbano, el Gobierno dio un subsidio para impulsar el uso de buses eléctricos para el transporte público, y ya hay más de 300.000 buses eléctricos en circulación. Ahora Inglaterra compra buses eléctricos a China.

En Colombia, el impuesto diferencial —que en la reforma de Cárdenas fijó el IVA para los vehículos eléctricos en 5 % y no en 16 %— nos pareció una medida demasiado tímida, pero aun así contribuyó a que las ventas de vehículos eléctricos en el 2017 aumentaran en 200 %. Claro, Colombia sigue manejando cifras muy pequeñas en movilidad eléctrica. Si queremos impulsar la movilidad eléctrica de manera seria, debemos ser mucho más agresivos: poner IVA 0 % y dar incentivos a los productores de motocicletas para que se orienten a producir motos y bicicletas eléctricas, y fijar fechas para suspender los motores de combustible fósil en las motocicletas. Pekín así lo está haciendo y nosotros no debemos esperar a llegar a niveles de contaminación similares a los de Pekín para tomar medidas que son lógicas y generan claros beneficios.

Otro incentivo, que sin duda impulsa la selección de autos y motocicletas eléctricas, es que no tengan restricción de movilidad —pico y placa—, y los que usen combustible fósil sí lo tengan. Esto no tiene costo fiscal y redundaría en la salud de todos los ciudadanos, al acelerar la migración a motores eléctricos.

Santiago de Chile compró 100 buses chinos para iniciar el cambio de diésel a eléctricos este año. En buses eléctricos, nosotros vamos en ceros. La licitación de Transmilenio dio un paso positivo al definir un 40 % de los buses a gas. El 60 % restante en diésel Euro V con filtros especiales es cuestionable, y además falta ver si el diésel que se les suministrará va a tener la calidad requerida.

Esperamos que la parte que no ha sido asignada abra la oportunidad a los eléctricos. Además, la obligada renovación de los buses azules SITP debe ser con eléctricos. Es necesario mejorar la calidad del aire y hay gran oferta de buses eléctricos sencillos.

 

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