Llevamos ya bastante tiempo esperando una recuperación del sector industrial colombiano. Los datos todavía son débiles y las expectativas muchas, pero, como se dice en relación a los primeros retoños de la primavera, se ven algunos brotes verdes.
En agosto la industria creció al 2,6% anual y empezó a dejar atrás el efecto negativo del cierre de la refinería de Cartagena. El crecimiento estuvo liderado por el sector de la madera, diferentes sectores relacionados con el consumo de bienes no durables y la trilla de café.
Muchos de estos sectores han mantenido un buen crecimiento y se espera que lentamente sean los beneficiarios de un proceso inicial de sustitución de importaciones que se debe dar gradualmente aprovechando las ventajas de un peso más devaluado y de un consumidor que, aunque se ha visto resentido en sus niveles de confianza, sigue demandando bienes de consumo no durables y servicios, principalmente. Los datos de ventas del comercio sin combustible ni vehículos a agosto confirman este punto. Las ventas han crecido al 9,6% anual, manteniendo un dinamismo acorde con la desaceleración gradual que está experimentando la economía. Sin embargo, el consumo de bienes durables, en particular vehículos y motos, está cayendo un poco más del 9,2% anual y esto se refleja en los datos industriales. Los sectores industriales que aún no muestran brotes verdes son todos los relacionados con este último punto principalmente.
Hacia adelante, la coincidencia positiva de la inauguración de la ampliación de la refinería en un momento de desaceleración macroeconómica es una fortuna. El impulso que su operación le da al sector industrial y al PIB es importante. El Gobierno Nacional está hablando de un efecto positivo de 6 décimas en el PIB y de 6 puntos porcentuales en el crecimiento industrial y las estimaciones se pueden estar quedando cortas. Para el año entrante y 2017 vamos a contar con otro dinamizador industrial, que es otra de esas coincidencias positivas: el inicio de las inversiones del programa de cuarta generación en infraestructura.
Con todo esto, la industria tendrá mejores crecimientos en el futuro, y a pesar de que no logrará compensar los efectos del gran choque de precios de petróleo, sí contribuirá a que el ajuste continúe siendo gradual y ordenado.
Llevamos ya bastante tiempo esperando una recuperación del sector industrial colombiano. Los datos todavía son débiles y las expectativas muchas, pero, como se dice en relación a los primeros retoños de la primavera, se ven algunos brotes verdes.
En agosto la industria creció al 2,6% anual y empezó a dejar atrás el efecto negativo del cierre de la refinería de Cartagena. El crecimiento estuvo liderado por el sector de la madera, diferentes sectores relacionados con el consumo de bienes no durables y la trilla de café.
Muchos de estos sectores han mantenido un buen crecimiento y se espera que lentamente sean los beneficiarios de un proceso inicial de sustitución de importaciones que se debe dar gradualmente aprovechando las ventajas de un peso más devaluado y de un consumidor que, aunque se ha visto resentido en sus niveles de confianza, sigue demandando bienes de consumo no durables y servicios, principalmente. Los datos de ventas del comercio sin combustible ni vehículos a agosto confirman este punto. Las ventas han crecido al 9,6% anual, manteniendo un dinamismo acorde con la desaceleración gradual que está experimentando la economía. Sin embargo, el consumo de bienes durables, en particular vehículos y motos, está cayendo un poco más del 9,2% anual y esto se refleja en los datos industriales. Los sectores industriales que aún no muestran brotes verdes son todos los relacionados con este último punto principalmente.
Hacia adelante, la coincidencia positiva de la inauguración de la ampliación de la refinería en un momento de desaceleración macroeconómica es una fortuna. El impulso que su operación le da al sector industrial y al PIB es importante. El Gobierno Nacional está hablando de un efecto positivo de 6 décimas en el PIB y de 6 puntos porcentuales en el crecimiento industrial y las estimaciones se pueden estar quedando cortas. Para el año entrante y 2017 vamos a contar con otro dinamizador industrial, que es otra de esas coincidencias positivas: el inicio de las inversiones del programa de cuarta generación en infraestructura.
Con todo esto, la industria tendrá mejores crecimientos en el futuro, y a pesar de que no logrará compensar los efectos del gran choque de precios de petróleo, sí contribuirá a que el ajuste continúe siendo gradual y ordenado.